El proyecto de Presupuestos Generales del Estado ha suscitado una catarata de reacciones para todos los gustos. Pero conviene practicar una lectura sosegada y hacer una interpretación objetiva de los datos. Especialmente en lo que tiene que ver con las partidas inversoras territorializadas para Aragón. Y ahí, la única evidencia es que el proyecto presupuestario contempla un aumento de la inversión en nuestra comunidad de un 32% respecto al proyecto que presentó el PP el año pasado. 539 millones de euros de los que más de 418 millones son del grupo Fomento, un 4,4% más que en el 2018. Unas partidas que servirán para avanzar en proyectos vitales para Aragón, como son la A-23, el ferrocarril de Teruel, el Canfranc o infraestructuras hidráulicas tan importantes como Yesa, Biscarrués o Santolea. Aumentan las partidas en las tres provincias y, algo muy importante, se garantizan fuertes cuantías en los plurianuales que demuestran la intención real de afrontar todos los proyectos.

Este nivel de gasto nos devuelve al del año 2010. Resulta chocante que el partido que dejó la inversión en la comunidad bajo mínimos durante dos legislaturas censure ahora unos presupuestos que recuperan la senda que nunca se debió perder.

Pero poco se puede esperar de quien trata de okupa al presidente del Gobierno, al que difama alineándolo con «el separatismo y los proetarras», deslegitimando de los propios mecanismos democráticos. Poco se puede pedir a quien blanquea a la extrema derecha y se alía con un partido racista que reniega de la lucha contra la violencia machista, de la libertad de identidad sexual y que emparenta con los partidos más ultras de Europa.

La confección de unos presupuestos obliga a priorizar, y, sobre todo, a cumplir con lo que se pone sobre el papel. Y eso es algo que hay que destacar: todo lo que está incluido lo está con el compromiso de que se va a ejecutar, después de años en los que, además de partidas escasas, muchas ni siquiera se llegaban a gastar. De hecho, en escasos meses de Gobierno ya se han realizado importantes licitaciones, como el tramo de Campo-Congosto del Ventamillo en la N-260, la variante de Alcorisa o numerosos contratos para modernizar la vía del tren Sagunto-Teruel con la supresión de limitaciones de velocidad y la adaptación de los apartaderos ferroviarios para que puedan acoger convoyes de 750 metros. Estos, por destacar las más recientes.

Por tanto, estos presupuestos son un excelente punto de partida que, además, aún se mejorará con enmiendas.

Pero dejando a un lado el gasto en obras y en infraestructuras, me gusta destacar algunos aspectos que son fundamentales en el compromiso socialista por las personas, por la igualdad y la justicia social. Porque si es importante analizar el dinero territorializado, aún lo es más destacar aquel que contribuye a mejorar la vida de los ciudadanos. Después de año de recortes, limitación de derechos y destrucción paulatina del estado de bienestar, estos presupuestos recuperan gran parte de lo perdido.

La revalorización de las pensiones recogida en los presupuestos afectará a 277.749 aragoneses, con una inversión de 22,8 millones de euros. Para todos ellos las pensiones se incrementan como mínimo un 1,6%, y en el caso de las mínimas y no contributivas un 3%. 211.242 pensionistas aragoneses se beneficiarán también de la supresión progresiva del copago farmacéutico. Se recupera además la cotización a la Seguridad Social de los cuidadores, con 6,8 millones de euros y 3.857 beneficiarios. Más de 15.000 aragoneses tendrán satisfecho el ingreso mínimo vital y las personas que tienen más dificultades para reincorporarse al mercado laboral, los parados de más de 52 años, recuperarán el subsidio de desempleo. Un subsidio que además incrementa su cotización en un 125%.

Siguiendo el camino emprendido por el Gobierno de Aragón, desde el Estado llegarán 10,7 millones de euros para incrementar las becas de 17.295 estudiantes aragoneses. Porque en una sociedad democrática, la falta de recursos nunca puede ser un impedimento para la formación del ciudadano. Por eso, también se invertirán 800.000 euros en becas de material escolar.

Y mientras escuchamos desde la derecha discursos que trivializan sobre el terrorismo machista, el compromiso absoluto de este Gobierno para erradicar esta violencia se demuestra con un incremento de los fondos destinados a los ayuntamientos. En total, 800.000 euros.

Lo mismo ocurre con el salario mínimo y una presión fiscal que, tras años castigando a la clase media, será más progresiva y justa.

Por todo ello, este proyecto de presupuestos es el mejor punto de partida para Aragón y los aragoneses. Apoyarlos es el mejor compromiso que se puede tener con los ciudadanos. Lo contrario, es buscar titulares y ejercer una oposición irresponsable.