Aronas Popa, el primer niño nacido este año en Aragón y en España, vio la primera luz ayer con la segunda campanada en el Hospital Infantil de Zaragoza. No llegó con buenos augurios. Es hijo de una indigente rumana de etnia gitana que nunca ha conocido un hogar y arrojó un peso de 2.460 gramos.

La madre, de 36 años, llegó hace un mes a España con otra hija de tres años y en Rumanía dejó a cuatro hijos con el padre, "con el que no estoy casada legalmente, aunque sí tenemos relaciones familiares". Se llama Lamîita Popa, cuya traducción al castellano es limoncita , y no conoce el idioma. Su compatriota Andrián Decalu actuó como intérprete para este periódico.

La mujer procede de la región agrícola de Dobrotza, muy castigada por el paro. Decalu explica que su familia "sufre la marginación y vive en los suburbios de las localidades, sin un lugar fijo".

La propia Lamîita añade que, en su país, suele pernoctar "en estaciones de trenes y de autobuses". En España tiene a un hermano y a su cuñada, que están en la misma situación de penuria y que fueron quienes la llevaron en la noche del pasado miércoles al hospital.

Sobre su llegada a España, dice que vino "con otras personas", sin especificar, y que se ha dedicado a la mendicidad ("a pedir") para sobrevivir. El padre de sus hijos no se ha planteado emigrar a España, "porque no tiene dinero. Vendría si lo tuviera", explica.

Según los datos que facilita, la mujer pudo servirse de una red ilegal de inmigración para llegar a España. Un compatriota suyo, conocedor del caso, explicó que Lamîita "puede ser víctima de personas que organizan expediciones con rumanos, principalmente mujeres con niños, para que se dediquen aquí a mendigar y se quedan con parte de sus ganancias como precio del viaje. La mayoría no tiene intención de quedarse, sino de estar el mayor tiempo posible en la ciudad de destino antes de volver".

Aronas y su madre despertaron una corriente de gran simpatía entre el personal sanitario y los usuarios del Infantil. Una enfermera se comprometió ayer a realizar una colecta para comprar ropa para el bebé.

En la provincia de Teruel, el primer niño que nació este en el hospital Obispo Polanco de la capital turolense, se llama Víctor y es el tercer hijo de Beatriz Iranzo y Justo Llopis, vecinos de la localidad de Villalba Baja. Dio un peso de 3.650 gramos. Por otra parte, la primera oscense del 2004 también es hija de inmigrantes, en este caso marroquís, y se llama Fátima Elkadi, con un peso de 3.295 gramos. Su madre, Saloua El Ghalbzuri, ya tiene otra hija.