La primera autopista de la red autonómica de Aragón, que enlazará los ejes de Castellón (N-232)y Barcelona (AP-2 y N-II), tendrá un peaje de hasta un euro para los vehículos pesados y de 30 céntimos para los turismos. Así lo prevé el Gobierno de Aragón, que sacará a concurso la construcción y explotación de la futura vía el próximo otoño. De las arcas autonómicas saldrán un tercio de la inversión, aunque el Ejecutivo regional prevé subvencionar la vía en función del tráfico --peaje en sombra--.

Las estimaciones económicas de la DGA no están cerradas, puesto que las empresas concursantes tendrán libertad para fijar en sus ofertas distintas variantes sobre las tarifas que deberán asumir los usuarios y el peaje en sombra.

La consultora Intecsa-Inarsa entregará este mismo verano el proyecto constructivo de la autopista, que tendrá un trazado de siete kilómetros entre Alfajarín y El Burgo de Ebro. El anteproyecto fijaba un plazo de ejecución de año y medio, por lo que si se cumplen las estimaciones de la DGA de sacar a concurso la concesión en torno a noviembre, la primera vía de peaje de titularidad aragonesa será una realidad a mediados del 2006.

COSTE ESTIMADO El coste estimado oscila entre los 43 y los 48 millones de euros, puesto que incluye la construcción de un puente para salvar el río Ebro de unos 400 metros de longitud.

El Gobierno autonómico concibe el proyecto como el primer tramo del quinto cinturón de Zaragoza, que enlazará no sólo la carretera y la autopista de Barcelona con la carretera de Castellón sino con la de Belchite y las Cuencas Mineras (A-222). De hecho, uno de los extremos de la autopista de peaje estará situado en la confluencia de la N-232 con la autonómica A-222. Los vehículos que quieren enlazar estas vías deben dar un rodeo de varias decenas de kilómetros, ya que no hay forma de hacerlo entre las afueras de la capital aragonesa y Pina de Ebro.

HIPOTESIS DE FINANCIACION En el estudio de viabilidad económica financiera, realizado también por la consultora de ingeniería Intecsa-Inarsa, apuntaba diferentes hipótesis en función del estudio de tráfico y de la fórmula de financiación (con o sin peaje, subvenciones anuales fijas y peaje en sombra).

El Gobierno de Aragón ha optado por licitar la concesión con una fórmula mixta, por la que su aportación inversora a las obras rondará el 33%, que se completará con el peaje de los usuarios y subvenciones en función del tráfico.

Las distintas hipótesis reflejadas en el estudio económico fijan la concesión a un plazo de 25 años.

El estudio de tráfico señala que el enlace absorberá, como mínimo, 5.000 coches diarios en el año de su puesto en marcha. La intensidad media diaria (IMD) veinte años después superaría los 6.000 vehículos. Ambas cifras se barajan en el peor escenario posible.