La primera crecida del río Ebro en el 2014 fue, finalmente, menor de lo esperado y apenas superó los 1.200 metros cúbicos por segundo en su pico máximo a su paso por Zaragoza, a media tarde de ayer. Los principales daños los sufrieron en Novillas y Boquiñeni, donde se anegaron alrededor de 500 hectáreas de los cultivos más próximos a la ribera.

La punta de la crecida pasó por Novillas --la primera localidad aragonesa por la que pasa el río-- a primera hora de la mañana con una altura de 6,16 metros, lejos de los casi siete metros que alcanzó el año pasado por estas mismas fechas. En Pradilla, otra localidad que suele verse perjudicada por las crecidas del río, el Ebro no alcanzó los seis metros de altura y apenas se produjeron afecciones.

En cualquier caso, volvieron a prodigarse las críticas de los vecinos de los municipios de estas localidades al considerar que no se acometen con diligencia los trabajos de limpieza del cauce, lo que provoca que a menos caudal del previsto aumente la altura y se desborde con más facilidad. A pesar de ello, la situación estuvo controlada a lo largo del día. En declaraciones recogidas por Efe, el consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Modesto Lobón, subrayó que la limpieza "es más fácil decirla que hacerla", que hay un plan de la Confederación Hidrográfica del Ebro con el Gobierno de Aragón para limpiar distintos tramos del río que se va haciendo pero "por desgracia, las obras van más despacio de lo que van las crecidas".

EN PREALERTA Aunque en principio se estimó en 1.500 metros cúbicos por segundo el caudal del río a su paso por Zaragoza, este llegó laminado a la capital aragonesa y se quedó en poco más de 1.200 metros cúbicos y una altura de 3,70 metros. El 23 de enero del 2013, se alcanzaron los 1.900 metros cúbicos y una altura de 4,80 metros.

El Gobierno de Aragón activo durante el día la prealerta por riesgo de inundaciones en la cuenca del Ebro, y la Confederación Hidrográfica del Ebro calificó la crecida de "ordinaria". Es decir, sin graves incidencias para los bienes materiales y las personas. Aguas abajo, tampoco hubo problemas y el pantano de Mequinenza desembalsaba a mediodía de ayer 1.302 hectómetros cúbicos por segundo.

Tampoco hubo problemas en otras cuencas en las que las lluvias, la nieve y el deshielo han provocado aumentos de caudales en los últimos días. Es el caso de las cuencas del Aragón, el Gállego, el Cinca y el Ésera. Salvo en alguna barranquera, la normalidad predominó.

PREVISIÓN La previsión meteorológica indica que viene en los próximos tres próximos días un frente procedente del Atlántico Norte que provocará precipitaciones intensas en el Arga, el Irati y el Aragón. Sin embargo, al venir con frío y la cota de nieve baja, se frenará el deshielo y eso evitará que el caudal aumente. Debido a que las precipitaciones previstas para los próximos dos días y medio tendrán mucha menos intensidad los técnicos de la CHE no esperan "nuevas crecidas en los ríos de la cuenca del Ebro, si bien, la disminución de los caudales será más lenta que en el caso de no producirse dichas precipitaciones".