La primera ola de calor del verano en Aragón no ha batido el récord del pasado año, que es hasta ahora el más caluroso desde que empezó el siglo. Las máximas se están moviendo entre los 40 y los 41 grados, frente a los 43,9 que se registraron a finales de junio del 2019 en la localidad de Quinto, la más elevada de que hay constancia desde 1965, cuando los termómetros subieron hasta los 41 grados.

Además, recién terminado julio solo se ha producido un solo periodo tórrido en la comunidad desde que empezó el estío, mientras que el año pasado, por estas fechas, se habían sucedido ya tres oleadas, la citada de junio y dos más en julio, según apunta Ismael Sanambrosio, delegado territorial en funciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Aragón.

La actual canícula, explica, ha sido provocada por la llegada de un flujo de aire seco y cálido del norte de África, lo que ha llevado que numerosos puntos del valle del Ebro, de Monegros y del valle del Cinca alcancen y superen los 40 grados.

Por ejemplo, Zaragoza alcanzó el jueves los 40,2 grados, mientras que hoy la máxima se sitúa en 41 grados. «Aún queda mucho verano por delante, pero lo cierto es que, de momento, este año está resultando mucho menos caluroso que el pasado», señala Sanambrosio.

De hecho, en el 2019 no solo hubo más olas de calor, sino que estas fueron, además, más largas, e incluso se prolongaron una semana, como la que afectó a la Península la segunda quincena de julio.

Por otro lado, de momento, las predicciones apuntan a que las temperaturas empezarán a bajar a partir de hoy, justo en el comienzo de agosto, un mes en el que, tradicionalmente, el sol pierde algo de fuerza.

Soplará el cierzo

De forma que los avisos por calor bajarán del color rojo al escalón inferior, un respiro que se verá ayudado por el hecho de que hoy soplará el típico cierzo, el viento del noroeste, que contribuye a rebajar la temperatura y, sobre todo, la sensación térmica.

Estas circunstancias, unidas a que los días van acortando su duración a medida que avanza el estío, reduciéndose en paralelo las horas de insolación, harán que la capital aragonesa registre el domingo que viene 32 grados de máxima, un valor «más llevadero» en palabras del delegado territorial de Aemet en funciones.

Y esta tendencia se mantendrá incluso el lunes, con un leve descenso de las máximas que, no obstante, se verá seguido por un repunte en días sucesivos. Más allá de esas fechas, advierte Sanambrosio, no se pueden hacer predicciones fiables.

Este paréntesis será sin duda bien recibido en todo Aragón, donde en las últimas jornadas se han vivido unas noches de temperaturas sofocantes.

De manera que el mes de agosto se abre con una atenuación del calor que beneficiará a todas las comarcas, en especial al valle del Ebro y los territorios aledaños del sur de Huesca y Cinco Villas .

Progresivo descenso

Las elevadas temperaturas, que aún superaron ayer los 40 grados en amplias zonas del país, inician hoy un progresivo descenso por el tercio norte que se extenderá por prácticamente todo el territorio, si bien «seguirá haciendo mucho calor». Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), explicó que esta paulatina bajada de las temperaturas continuará los primeros días de la próxima semana, aunque a partir del martes podrían volver a repuntar y «dar lugar a un nuevo episodio muy cálido», acorde con la estación y la época del año.