Es la primera vez que Aragón recibe en tan escaso margen de tiempo tantas visitas de los señores jefes de las Españas. Hoy mismo aterriza Aznar en Calatayud, el último reducto popular en la región desafecta. Llega el gran José María a reconquistar el páramo desde esa nueva Covadonga encaramada al pseudoAVE de Cascos. Y por primera vez el PP acompaña el envite con un amago negociador en el tema del agua (eso dicen, aunque yo no me lo creo). Todo por los votos.

Tampoco tiene precedentes la actitud del líder de CCOO, Feliciano Fidalgo, al que se espera el jueves en Zaragoza. Viene a desmontar la herencia del que ha sido (y todavía es) secretario general del sindicato en Aragón, Enrique Tordesillas, cuyo legado de honradez, transparencia y decencia ideológica no acaban de digerir ni los aparatos de la organización ni sus grupos de interés internos.

Pero en medio de estos barullos ha surgido un detalle entrañable. Doña Luisa Fernanda Rudi, que no salió muy contenta del show montado por su partido en la presentación de candidaturas (casi ponen a bailar la jota a la presidentísima del Congreso, ¡por Dios!), podrá desquitarse mañana en una cena-coloquio organizada por el Instituto Aragonés de la Comunicación que preside el socialista Marco (Pascual). Y tendrá la satisfacción de ver glosada y elogiada su egregia figura nada menos que por la presidenta ejecutiva y number one del Heraldo , doña Pilar Yarza. Nunca se había visto cosa igual. Algunos pensarán (para sus adentros, claro) que la editora del viejo diario ha roto todos los códigos con esta sorprendente irrupción en la precampaña. Pero eso sólo son ñoñerías. Principio quieren las cosas, y todos tuvimos una primera vez. Vivimos en una sociedad fluida, cambiante e inestable. Por cierto: ¿le habrán advertido a superAznar de que el subsuelo bilbilitano sufre vahídos y podría echarse a temblar bajo sus discursos tonantes y el entusiasmo de sus fieles?