Hace tiempo que avisaron los taxistas que habría problemas con Cabify, la empresa de VTC que aterrizó en Zaragoza el pasado miércoles. No han tardado ni una semana en producirse las primeras tensiones entre algunos taxistas y conductores de estos vehículos. De hecho, durante el fin de semana se produjeron varios roces que ayer describió sin entrar en detalles Mariano Morón, presidente de la Asociación Provincial de Autotaxi de Zaragoza: «Lo que ha pasado estos primeros días ha sido una auténtica vergüenza, con un incumplimiento a todas horas por parte de Cabify».

La llegada de esta plataforma de movilidad no sentó bien en varios sectores de la ciudad, ni siquiera las formas, con solo dos días de aviso antes de empezar a circular por las calles de Zaragoza. Sus primeros movimientos, según desvelan los taxistas, dan la razón a quienes desconfiaban. «Están incumpliendo todo: no esperan los 15 minutos obligatorios, no vuelven a la base, se meten por calles por las que no pueden circular como Don Jaime I, se paran por ahí esperando coger clientes directamente... En fin, la primera experiencia que hemos tenido ha sido malísima», explicó ayer Morón.

El grupo municipal de Podemos denunció ayer que la empresa elude las obligaciones de la normativa aragonesa. El viernes, tras descargarse la aplicación de Cabify, desde el grupo municipal se solicitó un servicio en el que, una vez formalizada la petición, «en apenas un minuto» se le informó «del trayecto, el precio y que el coche pasaría en 6 minutos» en lugar de los 15 que, en teoría, marca la ley.

«La facilidad que Cabify traslada a los clientes para disponer de inmediato de un vehículo nada más descargarse su aplicación supone una burla a las instituciones que deben velar por el cumplimiento de la norma», afirmó en una nota Podemos, que considera que el ayuntamiento está obligado a comprobar las irregularidades de Cabify y a extremar la supervisión de sus vehículos», y que la actitud de la empresa confirma que está dispuesta a «aplicar sin reparo a todo tipo de estratagemas» que le permitan acaparar a medio plazo el mercado de alquiler de vehículos con conductor en Zaragoza, desplazando al servicio del taxi».

Alberto Cubero, concejal de ZeC, ya pidió la semana pasada al Gobierno PP-Cs que esté muy vigilante ante la forma de actuar de esta plataforma de movilidad. De hecho, solicitó que se usen «las cámaras que tiene Fomento por la ciudad para observar e informar de los movimientos de sus vehículos» y anunció que incluirán una interpelación en la próxima comisión de Servicios Públicos para que la titular del área, Natalia Chueca comparezca y explique «qué medidas ha tomado, cómo ha inspeccionado y qué irregularidades ha detectado».

Mariano Silveyra, vicepresidente global de asuntos públicos de Cabify, declaró la semana pasada a este diario: «No hay ningún incumplimiento. Ha habido un decreto ley al que nos hemos adaptado perfectamente y que se va a cumplir a rajatabla».