Vivir en lo que un día fue una tienda será posible en Zaragoza. Y lo será de forma legal una vez que el pleno apruebe de forma definitiva la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) necesaria para cambiar su uso de comercial a residencial. No valdrá todo, ya que tendrán que cumplir unos mínimos para no contribuir a la aparición de nuevas infraviviendas y para evitar la especulación.

Esta decisión se ha tomado para tratar de dar una salida a los cientos de locales cerrados y ante las malas previsiones que se auguran sobre el comercio de proximidad y ha sido recibida con alegría y rechazo, en dosis similares. Las asociaciones de comerciantes aplauden que el ayuntamiento esté tratando de darles una salida e incluso que sea reconvirtiéndolos en residencias, pero temen que sea el principio del fin de la cultura del comercio de barrio y de proximidad.

Desde la Asociación de Comerciantes de la calle Delicias, que estaría excluida al considerarse una zona de concentración de la actividad comercial, consideran que permitirá a las calles adyacentes reinventarse y revitalizarse. «Es mejor esto que andar por una calle con locales cerrados, tapiados y acumulando suciedad», comenta el responsable de la entidad, Felipe Sánchez, que añade que añade que la opción de que se utilicen para aparcar coches, motos, bicis o patinetes permitirá desahogar las calzada del barrio, muy saturadas.

Sin luz natural

Los locales tendrán que tener una superficie mínima para garantizar así que no se trata de infraviviendas, pero será complicado garantizar su luminosidad ya que en la mayoría de los casos la única luz natural entrará por una única parte de la casa, pues pocos locales disponen de un patio interior. Lo de la intimidad será otro problema a solventar por sus inquilinos.

Lo cierto es que, coinciden los comerciantes, es mejor eso que seguir paseando por calles en las que hay más persianas bajadas que otra cosa, ya que genera una sensación de abandono. Aunque también hay reparos.

Desde la asociación de comerciantes Yo compro en Las Fuentes piensan que la modificación puede servir para frenar la degeneración de algunas calles del barrio. «Siempre es mejor que los locales estén renovados que cerrados. Hay calles en las que no hay nada y podría ser una buena opción», explica Rubén, que tiene dos agencias de viajes, una en Delicias y otra en Las Fuentes. Considera acertado también que el cambio de uso no se vaya a permitir en las vías principales, porque eso sí que le resultaría «extraño».

En la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza (Ecos) no opinan lo mismo. Su secretario general, Vicente Gracia, explica que todavía no conocen con exactitud la nueva norma, pero temen que suponga que muchas calles pierdan tejido comercial. «Los locales se tienen que dedicar a lo que tienen que dedicarse», expresa, y pide que para regenerar zonas decaídas se fomente la actividad empresarial. «El modelo mediterráneo de ciudad, en España e Italia, ha sido siempre que haya locales en las plantas bajas y las viviendas encima. Que haya viviendas no lo vemos», argumenta Gracia.