El juez de guardia ordenó ayer el ingreso en prisión de cuatro presuntos traficantes de drogas detenidos el pasado miércoles en Zaragoza y que al parecer forman parte de una red internacional dedicada al tráfico de cocaína. El magistrado puso a los detenidos, uno de los cuales cuenta con antecedentes por el mismo delito, a disposición del Juzgado de Instrucción Central número 2 de la Audiencia Nacional.

La operación policial se cerró ayer en Valencia con la detención de otras seis personas. En total, en ambas ciudades han sido incautados 7,5 kilos de cocaína, 4,5 de ellos en Zaragoza, como ya adelantó EL PERIODICO DE ARAGON. En este último caso, la sustancia se encontraba oculta en el motor del vehículo empleado por dos de los detenidos, dos hombres de 28 y 29 años que habían venido a la capital aragonesa desde Valencia en un monovolumen.

INMUEBLES Y COCHES DE LUJO Los otros dos detenidos residen en Zaragoza y aunque la Policía procedió al registro de su domicilio, situado en el barrio de La Almozara, no halló sustancias estupefacientes. Durante la operación se han registrado 16 viviendas, nueve de ellas en Zaragoza. Asimismo, entre ambas ciudades se han incautado 11 vehículos, dos pistolas, un revólver y 22.000 euros.

Del resultado de las investigaciones se deduce que los beneficios obtenidos de la venta de droga se invertían en la adquisición de inmuebles y coches de lujo.

La operación se ha visto dificultada por el hecho de que los sospechosos forman un grupo cerrado, con vínculos familiares entre la mayoría de sus miembros, lo que aseguraba la fidelidad y el hermetismo, según fuentes policiales que han precisado que entre los detenidos figuran dos mujeres españolas de 24 y 47 años. Cinco de los diez integrantes de la banda son de origen suramericano.

Los detenidos se dedicarían a introducir droga procedente de Colombia en distintos puntos de España, especialmente en Aragón y en la Comunidad Valenciana.

En Valencia, el dispositivo policial llevó a cabo distintas acciones en localidades del extrarradio de la capital, entre ellas Pobla de Vallbona, Montserrat y Benifayó. Los detenidos adoptaban fuertes medidas de seguridad para eludir controles.