Prisión, comunicada y sin fianza. Esa es la decisión que esta mañana ha tomado la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Zaragoza con respecto a A. P. G., el joven arrestado el pasado jueves en la capital aragonesa como autor de la tentativa de homicidio de su exjefe de mantenimiento en el hospital Royo Villanova de la capital aragonesa. El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón también le imputa, tal y como adelantó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, el sabotaje eléctrico en la planta covid-19 en el que trabajaba y sus intenciones de hacer bombas lapa.

Ante la magistrada de guardia María José Bello, que se inhibió a favor del juzgado número 4 que era el que estaba de guardia el día en el que A. P. G. esperó a que su exjefe saliera del garaje de su casa para pegarle tres tiros en el pecho, el arrestado se acogió a su derecho a no declarar. Su abogada defensora, Carmen Sánchez Herrero, pidió también que un forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) reconociera su estado psiquiátrico, pero el arresto se negó. Un mes antes estuvo ingresado en el área de salud mental del hospital Miguel Servet, después de que tratara de suicidarse.

La jueza justifica el envío a la cárcel, principalmente, por el riesgo de ocultación y eliminación de pruebas. Le imputa dos delitos de daños graves y una tentativa de homicidio en un auto en el que resalta la investigación del Cuerpo Nacional de Policía.

ARRESTADO A BORDO DE UNA FURGONETA SOSPECHOSA

Los agentes llegaron a él tras atar varios cabos, puesto que en diferentes comisarías de la ciudad y en varios juzgados se estaban investigando varios sucesos ocurridos todos ellos en el hospital Royo Villanova, el mismo que el de la víctima del tiroteo. La primera pesquisa fue el sabotaje del sistema eléctrico que provocó un corte del suministro. Fue el 17 de marzo, tres días después del decreto de estado de alarma activado por el Gobierno de España.

La desconexión afectó a buena parte del centro, especialmente a la zona de aislamiento covid-19. Aquella noche se encontraban ingresadas tres personas. Lo sanitarios tuvieron que atender a los ingresados de forma urgente porque les faltaba el aire al no funcionar los respiradores, teniendo que acceder a las habitaciones sin los EPI necesarios y, por lo tanto, exponiéndose al coronavirus.

Una empleada explicó que sospechaba de una persona que sabía cómo acceder a través de una llave, que podría haberse hecho una copia. Añadió que ese hombre podría ser el mismo que le acosa y sobre el que tiene solicitada una orden de alejamiento.

Pero no es el único hecho delictivo que se le imputa a esta persona, sino que también fue denunciado por los daños causados en el vehículo de la jefa de Servicio de Personal del Sector I del Servicio Aragonés de Salud, ocurrido el 30 de marzo. La tentativa de homicidio al jefe de mantenimiento del Salud se produjo el pasado 6 de abril.

Homicidios unió todos estos hechos a los visionados de las cámaras de seguridad de los alrededores de la calle Mainar que le identificaron, a pesar de que guardó todas las medidas necesarias de seguridad hasta el punto de ir vestido todo de negro, con la cara tapada y empleando hasta varios vehículos en su huida y hasta cambios de matrículas.

Todo ello respondería a que el 13 de noviembre del 2019 fue despedido A. P. G. como técnico de mantenimiento en el hospital Royo Villanova de la capital aragonesa. En el momento en el que se lo comunicaron, esta persona, supuestamente, se puso muy violenta saliendo incluso del despacho dando varios portazos.

EXPLOSIVOS

Pero la peligrosidad de esta persona iría más allá, según el hallazgo realizado por la Policía Nacional y adelantado por este diario. Los agentes intervinieron en su casa numeroso material -hasta un pulsador a distancia- con el que el sospechoso tendría la intención y posibilidad de realizar bombas lapa. Una idea que el hermano del propio arrestado declaró ante los agentes. Les explicó que en una ocasión le dijo que había llegado a buscar tutoriales de internet de cómo fabricar bombas lapa, pero que no le dio la suficiente importancia porque ha tenido varios intentos de suicidio.

También señaló esta persona que el arma, presuntamente empleada en la tentativa de homicidio del jefe de Mantenimiento del Sector I del Salud, la vio con sus propios ojos el año pasado. Que fue el día de su cumpleaños, cuando el ahora arrestado se la mostró y le explicó que "se la había comprado a un gitano". Junto al revólver (que no ha sido encontrado), también le enseñó una caja de balas. En paralelo, A. P. G., le llegó a decir que no le importaba ir a la cárcel si se cargaba a alguien.