El cazador que mató el pasado 1 de noviembre a Canela , la única osa autóctona pirenaica, fue procesado ayer por la Justicia francesa por un presunto delito de destrucción de especie protegida. René Marqueze, de 62 años, fue puesto en libertad bajo control judicial tras comparecer en Pau (Pirineos Atlánticos) ante el juez Jean-Luc Puyo, señaló el letrado Thierry Sargadoytho. De ser condenado por este hecho, la pena máxima que podría imponerle un tribunal sería de seis meses de privación de libertad y una multa de 9.000 euros.

A su salida del Palacio de Justicia de la localidad francesa, el cazador rehusó hacer declaraciones, pero su abogado insistió en que su cliente mató a Canela en "legítima defensa" y que tiene la intención de alegar este motivo o bien "el estado de necesidad" para obtener el sobreseimiento de la causa, según informó ayer la agencia Efe .

La osa Canela , última sobreviviente de su especie con posibilidades de procrear, falleció al ser alcanzada por los disparos efectuados por Marqueze, quien participaba con otros cinco cazadores en una batida de jabalíes entre las localidades de Etsaut y Urdos, en el valle de Aspe. Según su versión, fue atacado repentinamente por la osa, que estaba acompañada de un pequeño osezno y que probablemente se sintió amenazada por los perros que acompañaban a la partida de cazadores.

La desaparición de Canela generó fuertes denuncias de organizaciones de defensa del medioambiente, así como de destacados miembros del Gobierno francés, incluido el presidente, Jacques Chirac.

El jefe del Estado francés manifestó entonces que la muerte de la última osa autóctona de los Pirineos era "una gran pérdida para la biodiversidad en Francia y en Europa".

CASTIGO PENAL El delito de "destrucción de una especie protegida" recogido en el Código Penal francés está castigado con una pena de seis meses de privación de libertad y una multa de 9.000 euros.

El Código Penal español contempla penas más duras para los delitos contra la flora y la fauna. Este supuesto delictivo --la caza de especies amenazadas-- puede ser castigado con penas de seis meses a dos años de cárcel y multa de 8 a 24 meses. En el caso de la osa pirenaica, al tratarse de una especie en peligro de extinción, las penas se impondrían en su mitad superior, de 16 meses a dos años de cárcel.

La población total de osos en los Pirineos asciende a unos 15, de los que tres o cuatro son hembras procedentes de Europa oriental y central, según el Ministerio de Medio Ambiente francés. Los únicos autóctonos eran Canela y dos ejemplares machos. Las asociaciones ecologistas calificaron lo ocurrido como un "crimen" y concidieron en afirmar que una batida con perros en un sector donde la osa estaba presente "no tiene ninguna excusa".

En 1994, otro oso pirenaico conocido como Claude murió como consecuencia de los tiros efectuados por otro cazador y tres años después corrió la misma suerte un ejemplar llamado Papillon .