La Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA) calificó de desastrosa la presente campaña de la miel y no es para menos, ya que la producción del 2020 se ha visto reducida en un 50% respecto a la recolectada un año antes. «Entre un 50% y un 60% se ha reducido este ejercicio la cantidad de miel. Ya en primavera lo dábamos por hecho porque las dos cosechas, de romero y tomillo, fueron malas», explicó el corresponsable del sector apícola de la asociación, David Visús.

Según la organización agraria, la lluviosa primavera, con temperaturas poco apropiadas para las colmenas, no permitió a las colmenas trabajar con normalidad. Estas condiciones meteorológicas han acabado con la producción de miel de romero y tomillo, las más importantes de Aragón. En el caso del romero, la producción de su miel ha sido nula, mientras que en el tomillo se considera algo más «testimonial».

El verano se acercó ligeramente a una campaña normal, pero estuvo marcado por la sequía durante el mes de agosto, señalaron desde la organización. Sin embargo, UAGA señaló que el déficit nutricional acumulado genera preocupaciones a los apicultores, que afrontan con temor la llegada de la hibernada. La mala situación de las colmenas, sumada a una creciente dificultad en el control de la Varroa, puede hacer que el invierno provoque el doble de bajas en las colmenas de las explotaciones aragonesas. «Lo que nos sucede es que la Varroa llegó desde Asia a principios de los 80. Es un ácaro que no ha crecido con nuestra abeja pero se ha extendido mucho. Merma la salud de las colmenas, da entrada a más virus, y eso provoca que reduzcan la producción», señaló Visús sobre el peligro de este parásito.

«Eso nos lleva siempre a tener un nivel mermado de producción y un número de bajas de colmena muy elevado», añadió el corresponsable del sector en UAGA. Para combatir la presencia del ácaro, los apicultores cuentan con herramientas homologadas, pero carecen de variedad y eso provoca que el parásito sea cada vez más resistente y difícil de exterminar: «Tenemos herramientas para combatirlo, pero poca variedad, y la eficacia de esos productos con el paso de los años está siendo más baja», apostilló Visús. Además, también hay otros depredadores que amenazan a las abejas, como la vespa velutina y el abejaruco.

Es por ello que desde UAGA hacen un llamamiento a las administraciones para que «permitan, o faciliten que se investiguen nuevos principios activos de gama mayor para hacer frente a este ácaro», manifestó Visús.

La comunidad es una tierra propicia para la producción de miel y, aunque no se produzca en gran cantidad, sí que el género es de una gran calidad. «Aragón es una comunidad que tiene una variedad y calidad muy diversas de mieles, a nivel de kilos por colmena es modesta la producción, pero se produce en todo Aragón», recalcó Visús. Por un lado, se produce miel de alfalfa durante el verano, que es elaborada principalmente en la Ribera del Ebro, por otro lado, las más importantes son las de romero y tomillo que se producen en todo el territorio, desde Teruel, o el Somontano hasta Zaragoza. «La producción está bastante repartida», enfatizó el corresponsable de UAGA.

La nota positiva del año la aporta la situación del mercado. Según UAGA, se observa una mayor demanda de miel nacional por las campañas a favor de su consumo y de un etiquetado más claro. La demanda en el mercado es lo más destacable, en un año en el que el precio ha subido muy poco y los apicultores tienen poca miel que vender, expresaron.