Ascensores en ambos extremos de los puentes de Las Fuentes (la Unión) y Giménez Abad (el del tercer cinturón) para que todos los peatones puedan cruzarlos sin largas caminatas. Esta es una de las propuestas del proyecto que ha realizado la Asociación de Vecinos de Vadorrey (en colaboración con el colectivo cultural Iberflumen) para eliminar las barreras arquitectónicas en ambas estructuras, construidas hace catorce años una y 18 meses la otra.

En estos momentos, los vecinos de Vadorrey que quieren atravesar el puente conocido como de Las Fuentes deben realizar un recorrido de más de medio kilómetro por la margen derecha y de un kilómetro y medio por la otra para acceder a él. Otra posibilidad para quienes no vayan en silla de ruedas o con coche de bebé es subir por una escalera metálica que se construyó de modo provisional en la margen izquierda. Llegados al puente, la situación se agrava por la ausencia de pasos semafóricos, lo que obliga a los ciudadanos a cruzar de un lado a otro sin seguridad, con los vehículos circulando.

En el puente del tercer cinturón los problemas son parecidos. En la margen derecha apenas hay espacio para instalar rampas adecuadas. La actual es de 300 metros de larga, con una pendiente muy inclinada. Para acceder al puente, los peatones tienen que hacer un trayecto superior al kilómetro y medio por la margen derecha.

Esta es la coyuntura recogida y analizada en en la propuesta planteada desde Iberflumen y la asociación vecinal. "Queremos dar comodidades a cualquier persona que vaya en silla de ruedas o con una carro de bebé, y a los peatones en general", explicó Pablo Polo, miembro de ambas agrupaciones. "Nuestro fin es luchar contra las barreras arquitectónicas en estos puentes, que solucionan el tráfico pero se olvidan del peatón", precisó Polo. Para ello, proponen un ascensor en cada extremo, de caja de vidrio y con horario restringido.

"Las pendientes que hay en ambos estructuras exceden los grados reglamentados para su uso en silla de ruedas", denunció Polo. "Los ascensores pueden parecer una demanda excesiva, pero en Bilbao o La Coruña ya existen", aseguró.

Este miembro de Iberflumen también hizo hincapié en la necesidad de no perpetuar la escalera construida de forma provisional en el puente de La Unión. "Tiene ya 13 años y en su día era para dar servicio a 3.000 vecinos, que ahora son 11.000", explicó. A su vez, Pablo Polo recordó que Luisa Fernanda Rudi, cuando era alcaldesa, prometió su sustitución. "Esperamos que las autoridades lo hagan cuanto antes, porque para ser provisional ya ha pasado mucho tiempo". También proponen pasos peatonales semafóricos en el puente.

Desde la asociación de vecinos y de Iberflumen son conscientes de que el Ministerio de Obras Públicas, que ejecutó la obra, tendría que haber resuelto los problemas analizados. "Pero el municipio, al recibir la obra, debe exigir unas reformas", puntualizó Polo. "De cara a los trabajos que se van a ejecutar con la Expo, convendría tener en cuenta estos conflictos para no repetirlos", concluyó.