La propuesta del Gobierno del PSOE de que los alcaldes puedan ser elegidos directamente y en dos vueltas por los ciudadanos provocó ayer serias dudas, cautela y escepticismo en los partidos políticos de Aragón. El anuncio, cuya aplicación obligará a modificar la ley electoral, fue realizado el lunes en el Congreso por la vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega.

El Partido Popular fue la única formación política que declinó realizar valoraciones públicas hasta no conocer con más detalle el planteamiento realizado por la vicepresidenta. La reacción de los restantes partidos aragoneses fue desigual. Así, el vicepresidente del PAR y portavoz en las Cortes, Javier Allué, se mostró cauto al advertir de que es necesario conocer "la fórmula que estudia el Gobierno y ver cuáles son las ventajas respecto al sistema actual respecto a la elección y la representación" que tendrán los partidos políticos en los ayuntamientos. En cualquier caso remarcó que sea cual sea la fórmula finalmente elegida por el Gobierno de Rodríguez Zapatero "debería tener un consenso amplísimo".

DIFICIL ENCAJE Bizén Fuster, presidente de Chunta Aragonesista, consideró que la propuesta del PSOE es de difícil encaje en "un sistema electoral proporcional como el nuestro", ya que su puesta en marcha "es menos compleja en países con bipartidismo". Con todo, anunció su rechazo tajante a un modelo que pretenda primar a los partidos mayoritarios en detrimento de los más pequeños. Fuster estimó que el proceso de elección de los alcaldes es algo secundario, ya que apuntó que los ayuntamientos sufren "problemáticas más importantes como es el tema de la financiación, que aún no está solucionado".

También Adolfo Barrena, coordinador regional de Izquierda Unida en Aragón y portavoz en las Cortes, dejó claro que su formación se opondrá a un sistema que "pueda favorecer a los partidos mayoritarios". El dirigente de IU consideró más urgente que la reforma de la ley electoral que plantea el PSOE apueste por introducir mecanismos que mejoren los criterios de representatividad de los partidos y que "el reparto sea proporcional porque ahora no lo es". Para Barrera, en la nueva ley electoral habría que revisar igualmente el concepto de circunscripción.