El proyecto "A mojarse por la ELA: buscando su tratamiento" de la Universidad de Zaragoza ha conseguido recaudar mediante microfinanciación más de 30.000 euros.

El proyecto seguirá abierto a la financiación colectiva hasta el próximo 3 de agosto, lo que ayudará a seguir trabajando para encontrar nuevos fármacos más eficaces y específicos, según señala la Universidad de Zaragoza.

Rosario Osta, experta en genética del grupo de investigación Lagenbio de la Universidad de Zaragoza, ha explicado con motivo del Día Mundial de la Lucha contra la ELA, que se celebra mañana 21 de junio, los detalles de esta investigación y ha agradecido la "generosidad" y "excelente" acogida de los ciudadanos a este proyecto de microfinanciación a través de Precipita, la plataforma pública para promover la financiación colectiva de la ciencia.

En solo cinco días sobre los 90 asignados, el proyecto "A mojarse por la ELA", lanzado el 2 de mayo, consiguió el mínimo de 9.000 euros. Ahora, con el importe recaudado en el ecuador de esta iniciativa se podrá contratar durante un año a un investigador que realice los test en los animales y sufragar el coste de la manutención de los modelos animales.

Además de miles de aportaciones individuales y anónimas se han materializado otras desde entidades como la Plataforma de Afectados por la ELA, la Asociación AdELAnte La Roda y la Asociación de Veterinarios de Porcino de Aragón, informa la UZ.

La ELA es una enfermedad neurodegenerativa en la que mueren las neuronas que controlan los músculos (motoneuronas) del movimiento voluntario.

La consecuencia es una debilidad progresiva que avanza hasta la parálisis total del enfermo y su fallecimiento en un término de 2 a 5 años en un 80 % de los casos desde el inicio de la enfermedad.

La línea de investigación que dirige Osta desde hace 20 años ya ha demostrado en modelos animales que el fármaco 5-fluorouracilo utilizado en el tratamiento contra el cáncer incrementa la calidad de vida y longevidad y ahora buscan su mecanismo de acción.

"Este mecanismo podría estar relacionado con la neuroinflamación que, en la actualidad, se muestra como uno de los procesos etiopatogénicos (origen de una patología) que más influyen en la degeneración de esta enfermedad", destaca la investigadora Rosario Osta, que añade que si se consigue descubrir el mecanismo de acción las empresas farmacéuticas podrían interesarse en el paso a un ensayo clínico con pacientes.