El proyecto europeo de investigación Barbara, que lidera y coordina el centro tecnológico aragonés Aitiip, ha empezado hoy a caminar oficialmente con el objetivo final de desarrollar cuatro nuevos biopolímeros con funcionalidades avanzadas.

La reunión de presentación se ha desarrollado en Zaragoza ante los once socios que participan en el proyecto procedentes de España, Italia, Alemania, Suecia y Bélgica.

El edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón, ha acogido esta reunión de un proyecto que cuenta con un presupuesto de 2,7 millones de euros que aporta la Unión Europea prácticamente en su totalidad, enmarcado en el Programa Marco de Investigación e Innovación de la UE Horizonte 2020.

El acróstico Barbara es el título en inglés del proyecto, cuya duración será de 36 meses: biopolímeros con funcionalidades avanzadas para piezas de automoción y construcción desarrolladas mediante la impresión 3D.

Se trata de desarrollar y construir prototipos de piezas que permitan mostrar las posibilidades que tienen los nuevos materiales que se destinarán a dos de los más importantes sectores de la economía como la automoción y la construcción.

El objetivo de este proyecto es desarrollar nuevos materiales biobasados con funcionalidades innovadoras gracias a la incorporación de biomasa, para que mediante el empleo de tecnologías de fundido de filamentos (FFF), que es la más extendida para la impresión 3D o fabricación aditiva, puedan dar lugar a prototipos de aplicación industrial.

Los nuevos materiales deberán estar basados en residuos alimentarios (vegetales y frutos como zanahorias, almendras o granadas) y agrícolas (maíz) y tener determinadas propiedades mecánicas, térmicas, estéticas, ópticas y microbianas que los hagan aptos para su uso industrial en componentes para sectores de alta exigencia.

La directora general de Investigación e Innovación de Aragón, Maite Gálvez, y la coordinadora del proyecto y directora de investigación de Aitiip Centro de Investigación Tecnológico, Berta Gonzalvo, han presentado el proyecto a los socios de los cinco países involucrados.

Con la coordinación de Aitiip, que en estos momentos ya participa en siete proyectos distintos dentro del programa Horizonte 2020, el resto de empresas implicadas en Barbara son: Fecoam y Cargill (proveedores de residuos alimentarios); Celabor, KTH y la Universidad de Alicante (participantes en el desarrollo de los procesos químicos de extracción de las moléculas y polisacáridos) y Nurel y Tecnopackaging (desarrollo del material y de las bobinas para impresoras).

Además, Aitiip desarrollará el nuevo proceso de impresión 3D y fabricará los prototipos demostradores para la industria de la automoción y la construcción, mientras que Acciona Construcción y Centro Ricierche FIAT serán los encargados de validar los prototipos, en un proceso que estará monitorizado por la Universidad Italiana Di Perugia.

Tras la presentación oficial, Gonzalvo ha explicado que desde Aitiip han seleccionado a los socios necesarios para cubrir todos los roles pertinentes y desarrollar en cinco países los cuatro nuevos biopolímeros en dos sectores de impacto tanto en Aragón como a nivel europeo como son la automoción y la construcción.

La participación de Aitiip se centra en la definición de los cuatro materiales biobasados y su aplicación en impresión 3D industrial, a la vez que ha recordado que llevan trabajando 17 años en impresión 3D y en este caso van a tratar de desarrollar "un sistema nuevo e innovador que pretende obtener patentes europeas con un sistema que permita tener un perfecto desarrollo de estos materiales en productos estructurales de alto valor añadido".

También ha subrayado que los productos deberán tener tanto capacidades estéticas y térmicas como mecánicas, que son necesarias para los sectores mencionados. En el caso de la automoción desarrollarán un tirador de apertura de puertas y frentes de salpicaderos, mientras que en la construcción serán crucetas de unión entre vigas para construir distintos elementos estructurales utilizados en edificios, puentes, torres o escaleras.

Aunque la duración del proyecto es de 36 meses, Gonzalvo ha apuntado que en el plazo de un año esperan contar con las fórmulas de los nuevos materiales para comenzar el desarrollo de los prototipos y "en un año y medio, con varias idas y vueltas, los usuarios finales los validarán".

Otro aspecto importante en el que ha incidido que la idea de la que parten es "llevarlo a materiales sostenibles-biobasados, es decir, provenientes de recursos naturales que no compitan con la alimentación".

Por eso ha destacado la importancia de que la obtención de las moléculas será a partir de materiales procedentes de desechos y de desperdicios de producción de alimentación a nivel mundial que se tasa en un tercio anual de lo que se produce.