Valdespartera afronta estos pilares como una auténtica prueba de fuego. Tras el fracaso de la licitación del Párking Norte, el barrio concentrará buena parte del ocio nocturno con las consiguientes afecciones en la limpieza, la seguridad y sobre todo en la movilidad, más si cabe tras la convocatoria de huelga por parte de los conductores del tranvía. El ayuntamiento es consciente del reto y, por lo pronto, va a intentar mediar en el conflicto para que los paros no agraven más el problema. Antes del anuncio de huelga, el equipo de Gobierno del consistorio confiaba en que la movilidad no sería un problema, ya que se reforzarían todas las líneas de bus que llegan al barrio, así como el tranvía.

Tampoco se mostraban preocupados por las posibles aglomeraciones, porque los servicios y dispositivos que antes se destinaban al Párking Norte se concentrarían, en buena parte, en el recinto de Valdespartera.

Con todo, algunos vecinos no acaban de fiarse y viven con cierta inquietud la llegada de las fiestas. Incluso crearon un grupo de Facebook para transmitir sus recelos. Fruto de esa incertidumbre, la Asociación de Vecinos Los Montes de Valdespartera solicitó una reunión para analizar las medidas a tomar para prevenir cualquier afección. Se celebró el jueves por la mañana con responsables municipales, de la Policía Local y Servicios Públicos. El presidente de la asociación vecinal, Adolfo Lahoz, salió «con buen sabor de boca» y esperanzado del encuentro, ya que el dispositivo diseñado «parecía ambicioso».

Sin embargo, la convocatoria de huelga ha cambiado el escenario. «Ya hemos pedido al ayuntamiento que nos envíe un plan de movilidad modificado porque esto lo cambia todo», dice Lahoz.

ATASCOS EN LAS SALIDAS

A la espera de lo que ocurra con el paro, el barrio vive con división de opiniones la llegada de los pilares. Obviamente, las mayores afecciones de limpieza y ruidos se producen en la zona más próxima a las ferias, aunque los problemas de movilidad (incluidos los atascos en las salidas) afectan a todo el barrio. «Coger el tranvía a algunas horas es casi imposible porque en la segunda parada ya está lleno», lamenta Sonia, que lleva 8 años viviendo en Valdespartera.

En las calles cercanas al recinto, las principales quejas, además de la movilidad, giran en torno a la suciedad. «Da mucho asco salir del portal con tu hija y que esté lleno de vomitadas, solo pedimos que se refuerce la limpieza», indica Ana. Pero no todo son quejas. A algunos vecinos les gusta tener cerca buena parte de la oferta de ocio de las fiestas. «Entiendo el enfado de la gente, pero para mí es una comodidad tenerlo al lado; además solo es una semana», señala Javier Lucea, que lleva 10 años viviendo en el barrio.