Por una cuestión de «coherencia». Por este motivo la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, anunció ayer que apoyará la reforma del estadio de La Romareda que pretende llevar a cabo el Gobierno PP-Cs. Básicamente porque su remodelación también era una de las propuestas que la socialista llevaba en su programa electoral, por lo que está dispuesta a sentarse a escuchar la propuesta del equipo de Gobierno y a negociarla.

La reforma de La Romareda se ha convertido en una prioridad para el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, que está buscando apoyos en todos los rincones. El del PSOE no será gratuito.

La portavoz municipal dejó bien claro que si quieren contar con ellos tendrán que «sentarse a hablar y dialogar» para poder estudiar las propuestas que se pongan sobre la mesa que, dijo, intuía que pasarán por la colaboración público-privada. La concejala no quiso pasar por alto que fue precisamente el PP, junto al PAR, el que llevó a los tribunales un proyecto de reforma del campo de fútbol en el 2006, cuando gobernaba el PSOE con CHA. Entonces, dijo, «se echó en falta» el consenso y el diálogo que ahora ofrece.

Al margen del pasado, Alegría destacó que su formación aboga por una reforma en el mismo espacio, como ya propusieron en el 2006. A su juicio, cambiar de ubicación el campo no sería una buena decisión por el «valor sentimental» que tiene el estadio actual y porque la movilidad está pensada para absorber el volumen de gente que atrae cada partido.

La concejala manifestó la necesidad de que La Romareda sea un gran recinto que no se limite exclusivamente a la celebración de partidos de fútbol, sino que tiene que convertirse en un espacio que también pueda albergar grandes eventos, como conciertos.

Alegría aplaudió la intención del presidente de Aragón, Javier Lambán, de involucrarse en el proyecto de reforma, ya que se trata de un plan con impacto autonómico, por lo que celebró la noticia. «Es un proyecto más que de ciudad, autonómico y es positivo que se encuentren las instituciones y puedan llegar a acuerdos», declaró.