Siempre que el Ayuntamiento de Zaragoza entra en prórroga presupuestaria las miradas en los partidos de la izquierda se van hacia el tejido social y todas esas entidades que dependen de las subvenciones y convenios que, con ella, quedan congelados. En este caso, serían casi 27 millones de euros y decenas de colectivos damnificados. Pero en este compás de espera, el PSOE quiso recordar ayer, con la negociación sin iniciar hasta que se resuelva el veto para captar deuda impuesto por el Ministerio de Hacienda, que «no se hunde el mundo» por esto y que todo tiene solución. Por eso, exigió al Gobierno de ZeC «no alarmar» porque «se puede hacer lo mismo», a través de modificaciones de crédito que, añadió, su partido está dispuesto a pactar para los casos «que considere urgentes».

La lectura solo tiene un problema para el Gobierno: de dónde se quita ese dinero. La prórroga lo que permite gastar es lo que se llama gasto obligatorio, es decir, que se supone que no se puede dejar de pagar. «Se trata de priorizar», apostilló el socialista Trívez, quien explicó que sería cuestión de «ver qué cuestiones se pueden dejar para más adelante», y puso como ejemplo el dinero que se destina a la inversión, al pago de intereses bancarios o la consignación para sociedades como ZgZ@Desarrollo Expo. «Igual no son 27 y salen 17 o 16», añadió el edil.

Y es que la interpretación que se hacía sobre el escrito de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) era crucial ayer para decidir si finalmente se sentaban a hablar de aprobar el presupuesto o no. Su respuesta, la de Trívez, era contundente, y es que mientras el Ministerio de Hacienda no sea quien levante la prohibición, esta sigue vigente y en el borrador presentado el pasado 3 de diciembre sigue habiendo «casi 34 millones de ingresos en el aire». Sin captar esos créditos, la inversión para el 2019 supondría «la mitad de la que hubo para el 2015», y no los 70 que incluye ese documento. Las condiciones para hablar, por ahora, no se dan. Por eso las «mentiras, falsedades y euforias para desviar la atención», añadió el socialista, sobre temas que ahora quizá le interesan más a ZeC como son sus primarias.

Para el portavoz de CHA, Carmelo Asensio, la «tomadura de pelo» que significa el escrito de la IGA y el «disparate» de cómo lo interpreta ZeC no es impedimento para sentarse a hablar. «El casco azul lo tenemos abollado pero si hace falta lo sacamos de nuevo. La situación no está para que hagamos tonterías, sino para un esfuerzo similar al que hicimos en el 2011 y 2015», concluyó.