El PSOE en la comarca de los Monegros reclamó ayer al Gobierno aragonés la adopción de medidas urgentes para «acabar» con la presencia del lobo, especie a la que culpan de los últimos ataques sufridos por rebaños, en la zona.

En un comunicado, la agrupación comarcal de los socialistas monegrinos manifestó su preocupación ante los últimos ataques registrados y advirtió de que esta situación no solo supone un perjuicio económico para los ganaderos sino que genera «inseguridad» en la zona.

Por esta razón, el PSOE monegrino instó al Ejecutivo autonómico a diseñar un plan para capturar vivos a los ejemplares de lobo supuestamente establecidos en los Monegros y llevarlos a sus «hábitats naturales».

La responsable de la agrupación socialista monegrina, Miriam Ponsa, destacó en el escrito que tras los dos ataques registrados en los últimos diez días «los ganaderos no pueden permitirse estar día y noche vigilando al rebaño, más cuando los sistemas de seguridad no han sido suficientes para prevenir estos sucesos».

A su juicio, la ganadería extensiva en Monegros, como en otras zonas de la provincia de Huesca, «está en peligro, y esta situación (en referencia al lobo) no hace sino empeorar su futuro».

Los socialistas de la comarca destacan que el lobo, detectado hace dos años en Los Monegros, «es una especie que no forma parte de nuestro ecosistema y su asentamiento en nuestro territorio carece de toda lógica».

En su opinión, la ganadería extensiva «no está preparada para soportar la presión de un animal de estas características y, lejos de ser una muestra de vitalidad del medio natural, es un riesgo precisamente para su conservación».

La semana pasada, un ataque que el Gobierno de Aragón confirmó como de lobo acabó con una decena de reses en una explotación de Tardienta, y esta semana hubo otro con al menos una res devorada. Los ganaderos de esta y otras zonas han reclamado medidas para impedir la presencia de estos depredadores reintroducidos (también el oso, en el caso del Pirineo oscense) porque sus incursiones no solo afectan a los propios animales que matan sino al resto del rebaño, con diversas afecciones por el estrés derivado de los ataques, incluidos los abortos.