El grupo municipal del PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza ha recorrido el polígono de Cogullada para testar su estado. Tras una vuelta y un examen superficial, pudieron comprobar lo evidente, que necesita una buena inversión económica para acabar con el «abandono y la degradación» a la que lleva años sometido.

Estas han sido las palabras utilizadas por la portavoz del PSOE, Lola Ranera, para definir la situación en la que se encuentra, con calles en las que se acumulan malezas, suciedad, cartones y cajas.

Desde el PSOE solicitan un plan de limpieza y recuperación para esa zona industrial, situada a pocos minutos del centro, e instaron al Gobierno de PP-Cs a que impulse la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para permitir nuevos usos que ayuden a revitalizarlo y que vuelva a ser atractivo para nuevos inversores. Algo que, según confirmaron desde Urbanismo, ya se ha hecho y el expediente de la modificación aislada está terminado a la espera de incluir un informe de la Universidad de Zaragoza.

«Es un polígono industrial que está a pocos minutos de la plaza del Pilar, en pleno corazón de la ciudad, y por contra, es uno de los más abandonados. Los trabajadores y usuarios llevan años reclamando una mejora del entorno», ha lamentado la concejal socialista, que ha asegurado que sus calles «están destrozadas, el pavimento lleno de baches y hundido, los bordillos deteriorados y hay solares abandonados y llenos de basura».

El Ayuntamiento de Zaragoza tiene planes de futuro para reinventar y revitalizar este polígono. De hecho, podría convertirse en un centro de distribución de reparto. Esta es la propuesta del Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón-La Rioja que ha liderado el proyecto para convertir a la capital aragonesa en un laboratorio de pruebas de la distribución urbana de mercancías (DUM).

Que este polígono se encuentre en la ciudad consolidada le convierte en la opción más viable y óptima para convertirse en un hub urbano de alta capacidad ya que la última milla lo que pretende es acortar los recorridos de los transportistas y el tiempo de entrega, optimizando todo el proceso y convertirlo en sostenible.

Para ello es básico que haya un almacén o hub de referencia (Cogullada) donde acumular estoc, recibir los productos y que sirva como punto de partida para el reparto.