Algunos socialistas veteranos suelen bromear indicando que la crisis del PSOE empezó en el momento en el que las sedes dejaron de ser Casas del Pueblo y cerraron los bares de sus instalaciones en los que afiliados y simpatizantes departían amistosamente sobre política a la vez que compartían bebidas y pinchos. Bromas prosaicas aparte, el paulatino distanciamiento entre las direcciones del partido y su amplia y combativa militancia --que en los últimos años ha ido enfriándose-- es una circunstancia que ha sido tenida en cuenta en los análisis la autocrítica que realizan las distintas Ejecutivas socialistas en España desde hace dos años.

En el caso de Aragón, y tras confirmarse en las pasadas elecciones europeas que el PSOE sigue sin recuperar la confianza de gran parte del electorado que le castigó en las elecciones del 2011, la dirección socialista está decidida a cambiar hábitos y recuperar costumbres. Por este motivo, esta semana ha organizado un encuentro entre el secretario general del partido, Javier Lambán, con la militancia aragonesa, que acudió masivamente y tras una convocatoria improvisada a la sede central del partido en Aragón.

El éxito del encuentro y el buen sabor de boca que dejó a la gran mayoría de los asistentes indica que esta experiencia se va a repetir y va a ser una constante dentro del proceso de renovación que pretende llevar a cabo el partido.

Ganar la confianza

"Hemos sido durante décadas el gran partido de la izquierda, el que ha podido configurar mayorías progresistas y el reto es volver a ser esa formación central y ganar la confianza perdida", apunta un responsable de la dirección del partido que asiste con preocupación a la fuga de votos que están teniendo los socialistas y que saluda una iniciativa como esta, que el pasado martes reunió a cerca de 250 militantes en su sede. "Hacía muchos años que el partido no lograba reunir a tanta gente", apunta uno de los asistentes al acto, crítico con los devenires de la formación en los últimos tiempos pero que se muestra optimista ante la respuesta de ese acto.

Lo que se planteó en un principio como un encuentro en el que los militantes preguntaran al secretario general sobre cuestiones que les inquietaran acabó siendo un intenso debate en el que participaron más de 30 personas dieron sus puntos de vista y enriquecieron la charla con sus propuestas. "Hay que ser más socialistas y hacer política de otra manera, no acercándonos a la gente sino asumiendo que somos la gente y actuando en consecuencia", llegó a decir Lambán, quien está satisfecho con esa experiencia y pretende repetirla y, posiblemente, extenderla a otros lugares de Aragón. De hecho, de forma más reducida, estos debates se han ido produciendo en otras agrupaciones, aunque la afluencia de militantes ha sido más reducida.

Uno de los puntos fuertes del debate giró en torno a la noticia central de la semana, la abdicación del rey, y las consecuencias que esto puede tener para un partido de esencia republicana pero que no se plantea en este momento participar del debate sobre la reforma del modelo de Estado. Ahí fueron numerosas las propuestas y las explicaciones de Lambán, que esta misma semana ha hecho públicas, son claras: desde sus "profundas convicciones republicanas", en una reforma de la Constitución cabe incluir el debate de monarquía o república, aunque en estos momentos hay cuestiones más importantes como dar un encaje en la Constitución a Cataluña y reforzar la parte social de la Carta Magna.

Fueron muchos los militantes de base que participaron en este modelo asambleario que había perdido el PSOE y que ahora pretende recuperar. Pero también asistieron personas de la dirección en Zaragoza o cercanas a ella, como Javier Sada, Ana Fernández, Fernando Gimeno, Martín Llanas, Alfonso Vicente, Eduardo Lahoz, Carmen Solano o Florencio García Madrigal. Los socialistas, a un año de su reválida electoral, quieren recuperar el tiempo perdido.