El grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Zaragoza no asume por completo las tesis derivadas del informe de los expertos que asesoran a los concejales en materia de memoria histórica. Es decir, no cree que no haya que cambiar los nombres de las calles que se están estudiando por su posible ligazón con el franquismo, como concluye el documento, sino que habrá que estudiar «caso por caso» y ver qué consideraciones puede tener cada uno de los nombres que están en cuestión.

Lo que pretende evitar el PSOE es «caer en el sectarismo», según explicó ayer de nuevo el concejal Alfonso Gómez Gámez, y cambiar la denominación de todas las calles sin que haya un proceso de estudio y debate por parte de los grupos municipales. «Seguimos trabajando en el asunto y en el informe, y en octubre votaremos con el resto de partidos los nombres que hay que cambiar», dijo.

El pasado martes se hacía público el citado informe elaborado por tres expertos asesores (M. Pilar Barranco Sánchez, Guillermo Fatás y José Ángel Sesma). En el texto concluían que no consideraban necesario cambiar los nombres de las once calles que el grupo de memoria histórica del consistorio está estudiando, dado que, en ninguno de los casos (aunque por diferentes razones), se podían establecer nexos de unión entre estas once personas que aparecen en el callejero y la exaltación del golpe de estado y la dictadura. Ya entonces el PSOE explicó que consideraba interesantes algunos de los argumentos planteados y que podían servir para separar «el polvo de la paja». «Hay que trabajarlo. No queremos incurrir en injusticias», dijo Gómez. Y ejemplificó con el caso del alcalde Miguel Merino, que dirigió la ciudad entre 1976 y 1979, y que tiene una plaza a su nombre. El socialista contó que no tienen constancia de que el regidor fuera responsable de ningún crimen, pero afirmó que si se encuentra documentación que así lo demuestra habrá eliminarla. «Votaremos para cambiar las calles que haya que cambiar para cumplir la ley de memoria democrática», afirmó.

Otro ejemplo es la calle Pedro Lázaro. Este fue el primer joven que murió en el frente del barrio de La Jota y el informe, que no es vinculante, descartó retirar ese nombre puesto que no hay constancia de que esta persona, a pesar de haber luchado en el bando nacional, participara de forma activa en el alzamiento o en la represión. «Era un simple soldado», recoge el informe. Eso sí, la calle Pedro Lázaro sustituyó a la de Fermín Galán, el héroe republicano. «Por eso hay que ir caso por caso y estudiarlos en profundidad, a lo mejor el joven soldado no hizo nada pero estaría bien reconstituir la memoria de Galán», explicó.

Por último, el PSOE también ha reiterado su compromiso con las causas de memoria histórica. Gómez Gámez ha explicado que su grupo es «especialmente sensible» con el asunto y que su partido ha sido el que ha impulsado hasta ahora toda la legislación sobre esta materia.