Trasmoz lleva más de dos años y medio sin la estatua de Gustavo Adolfo Bécquer. Mucho tiempo para una pequeña localidad que tiene en el turismo uno de sus principales recursos. La escultura fue robaba en abril del 2014 y troceada para venderla y ser fundida posteriormente, pero el autor de la misma, el artista Luigi Maráez, se ha propuesto esculpir otra y acabar con la larga ausencia del escritor del Romanticismo.

Sin embargo, el Ayuntamiento de Trasmoz, que valora la actitud del artista, prefiere esperar a que haya una sentencia firme de los tribunales antes de optar por una decisión definitiva para la escultura.

«Ahora mismo, está en marcha un pleito entre el consistorio y el chatarrero que compró la imagen del escritor a los ladrones», explica Jesús Andía, alcalde de la población de las faldas del Moncayo.

El chatarrero fue condenado en primera instancia, pero recurrió, y ahora se dirime quién debe asumir el coste de una nueva estatua para cubrir el hueco dejado por la que fue robada. Si este industrial, acusado de adquirir la escultura, perdiera el recurso, estaría obligado a sufragar el coste de erigir un nueva.

APOYO POPULAR

De momento, al estar el asunto sub iúdice, no se puede utilizar el bronce de la imagen original, que está bajo custodia de la Policía Judicial. Por este motivo, Maráez, que pasa largas temporadas en Trasmoz, ha empezado a hacer una nueva escultura.

Claro que, según ha declarado, no tiene fondos suficientes y por ello ha abierto una suscripción popular con el fin de captar ayudas de particulares.

«En el ayuntamiento preferimos esperar acontecimientos», subraya Andía, que señala que el tema será uno de los temas del próximo pleno municipal.

Los ladrones utilizaron una sierra radial para trocear la imagen que había delante del castillo con el fin de facilitar tanto su transporte como la venta. Esas piezas se recuperaron en un control de carretera junto a Tudela, poco tiempo después del robo, y ahora, si hubiera una sentencia favorable al municipio, se recuperarían y se podrían fundir para la nueva estatua. Sin embargo, la última palabra la tiene la Justicia.

Gustavo Adolfo Bécquer está profundamente vinculado a Trasmoz y su entorno. El escrito dedicó uno de los relatos de sus Rimas y leyendas al castillo que se alza sobre el pueblo, tras pasar una temporada en el monasterio de Veruela, adonde viajó para recuperarse de una dolencia.