Desde hace más de dos siglos el pueblo polaco vive un éxodo continuado. A finales del siglo XVIII, durante el siglo XIX, en el periodo de las dos guerras mundiales, en la época comunista, en los 80 con la hiperinflación de precios, en el 2004 tras la entrada en la Unión Europea... y la sangría que desde entonces no cesa. Se calcula que más de quince millones de polacos han salido del país en este largo periodo.

También hace poco más de doscientos años, el 15 de junio de 1808 concretamente, tres escuadrones de lanceros polacos del Regimiento del Vístula sirvieron como punta de lanza a las tropas francesas de Napoléon en su primer sitio sobre Zaragoza. El tiempo y la voluntad de concordia (como ejemplo, el homenaje conjunto realizado en la conmemoración de Los Sitios en 2012) borraron ese rastro y, precisamente en esta ciudad, se han instalado cerca de 6.300 polacos (más de 8.000 en todo Aragón y 86.314 en toda España, según datos de 2012 de la Secretaría general de Inmigración del Ministerio de Empleo).

Tan notable comunidad demuestra, además, una prolífica actividad cultural y social en la vida aragonesa. Una de las asociaciones que más hace por difundir la cultura polaca y aglutinar a sus compatriotas es Nasz Dom, (Nuestra Casa), que dirige Anna Smiecht. A lo largo del año realizan diversas actividades, muchas de ellas vinculadas a la fe católica que profesa la mayoría de la población polaca, como las fiestas en honor de San Cirilo y Metodio, patrones de Europa, a los que en Zaragoza se honra con una misa en la basílica del Pilar en el mes de febrero. También la conmemoración de la Pascua polaca, en la que la comunidad se reúne en un entorno natural de alguna población aragonesa para degustar platos autóctonos, hacer ramos y decorar huevos de Pascua y exhibir adornos y trajes tradicionales.

Una de las actividades más singulares se celebra unos pocos días antes, en el cuarto domingo de Cuaresma: el ahogamiento de Marzanna, un muñeco de paja con rostro de mujer, "símbolo del odiado invierno, que da paso a la alegría de la primavera. Significa el renacimiento de la naturaleza, el anuncio de la cosecha", comenta Anna Smiecht.

Uno de los proyectos más ambiciosos que maneja ahora mismo la asociación es la creación de una biblioteca polaca: "La idea parte de las numerosas donaciones de libros que Nasz Dom ha ido recibiendo de polacos que residen o han residido en Aragón y España. El objetivo es poner a disposición de los ciudadanos ese patrimonio y continuar con las donaciones", resalta Smiecht. Se trata de textos de todas las épocas, pertenecientes a distintos géneros literarios y escritos en polaco.

En esa línea cultural, la comunidad polaca está presente en la feria de turismo local, en la que se exhiben los trajes típicos y la gastronomía y se ofrece información sobre el país eslavo. Además, en febrero y marzo la Filmoteca de Zaragoza proyectó siete películas recientes de cine polaco en colaboración con el Instituto Polaco de Cultura. Y el auditorio de la ciudad ha acogido conciertos de música clásica de artistas polacos residentes en nuestro país. Nasz Dom también se acuerda de los más necesitados y hoy mismo concluye una campaña de recogida de alimentos en Casetas que se ha prolongado durante toda esta semana y que ha sido impulsada en colaboración con comedores de ayuda social de la ciudad.