El cementerio de Torrero vivió ayer el Todos los Santos menos concurrido de los últimos años. Desde el ayuntamiento se había estimado que al camposanto acudirían más de 100.000 personas, pero tan solo fueron el 50% de los visitantes previstos. La concejala de cementerios, Isabel López, explicó que las previsiones se habían cumplido "de forma diferente a otros años", ya que la asistencia se hizo "de forma escalonada debido al puente festivo", y añadió que "el viernes y el sábado fueron los días de más afluencia, por lo que hoy --por ayer-- no ha venido tanta gente".

Al cementerio acudieron 11.300 vehículos particulares que no tuvieron, según fuentes municipales, "ningún problema para encontrar aparcamiento", además de 755 taxis y 65 autobuses entre las líneas 31, 33, 34, 39, 42 y C1. Caminando fueron 2.400 personas, sobre todo de los barrios cercanos, que se atrevieron a salir de casa a pesar de que el día amenazaba lluvia. "Es tradición venir todos los años a ver a nuestros familiares aunque llueva", afirmó Dolores Martínez mientras limpiaba la tumba de su difunto marido.

DISPOSITIVO El tráfico de entrada y salida estuvo regulado por 90 agentes de la Policía Local que desviaron los vehículos entre la puerta principal y el segundo acceso (camino de Cuarte). Este recorrido alternativo fue el que más problemas produjo debido a que estaba indicado de forma confusa y muchos vehículos se perdieron por los caminos de piedras que rodean el cementerio. "Esto es increíble, se me van a pinchar las ruedas del coche", decía Roberto, un taxista.

La concejala Isabel López volvió a recordar que el dispositivo de limpieza del camposanto tras el aviso del pasado lunes a la contrata municipal, "ha mejorado bastante y se llevará un control exhaustivo a lo largo del año", y añadió que desde el ayuntamiento estaban "satisfechos por la acción de la empresa" que reforzó con 12 contenedores los 30 fijos del cementerio, por lo que estuvo "limpio en todo momento", afirmó.

A lo largo de toda la jornada los servicios sanitarios registraron, según fuentes municipales, ocho accidentes de personas mayores que sufrieron mareos, taquicardias y caídas, teniendo que ser alguna trasladada a algún hospital.

Por otra parte, el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, asistió al cementerio como todos los años para homenajear a siete alcaldes ya fallecidos. En el acto estuvieron presentes Isabel López, concejala de Cementerios, el teniente de alcalde Antonio Becerril, el edil popular Domingo Buesa y el arzobispo de Zaragoza, Elías Yanes, que ofició una misa.