Los vecinos de la urbanización Sisallete, ubicada en la localidad zaragozana de Cadrete, ya podrán cruzar el río Huerva sin problemas. El puente que tradicionalmente les ha permitido acceder al municipio ha sido abierto al tráfico tras tres meses de intensa reconstrucción, después de que en el mes de mayo del año pasado una fuerte crecida del Huerva, afluente del Ebro, dejara su estructura totalmente inutilizada y destrozara gran parte de la calzada. La causa de la riada se atribuyó a la suciedad del río.

Tras el desastre, y gracias a un convenio de colaboración firmado por el Ayuntamiento de Cadrete con el Ejército, un equipo del cuerpo de Pontoneros de la capital aragonesa instaló de forma provisional una plataforma metálica, con la que se ha facilitado hasta ahora a los vecinos de la urbanización el acceso a sus viviendas.

UN PUENTE MEJOR Y MAS MODERNO El nuevo puente se inauguró en la mañana de ayer una vez que "se constató que el hormigón ya había fraguado", según afirmaron fuentes municipales. Pero para ello los constructores tuvieron que realizar previamente una serie de pruebas de carga. Según declaró a este diario la alcaldesa de Cadrete, María Angeles Campillos, cuatro camiones de 26 toneladas cada uno se colocaron sobre su superficie "durante bastante tiempo. Y se comprobó que el puente no sufría ni desperfecto ni hundimiento alguno".

La nueva estructura está formada por un tablero de diez metros de ancho, distribuidos en dos aceras de dos metros y dos carriles de tres cada uno, seis vigas prefabricadas y una losa de hormigón armado de 25 centímetros de espesor. Además, y a diferencia del antiguo puente, se han instalado barreras de seguridad y escolleras.

RETRASOS EN LAS OBRAS Según María Angeles Campillos, en el proyecto se han invertido un total de 246.000 euros; un 26% aportado por la Administración General del Estado y el resto, un 74%, por el consistorio de Cadrete.

El puente comenzó a rehabilitarse el pasado mes de abril, pese a que el derrumbe del mismo tuvo lugar once meses antes, en mayo del 2003. La alcaldesa de la localidad zaragozana culpa del retraso "a las enormes dificultades en la rehabilitación debido al mal tiempo", ya que el exceso de precipitaciones obligó a "deshabilitar el vado que el consistorio había previsto tras la riada para el paso de peatones ".

Campillo también atribuye el retardo "a los diversos permisos necesarios para iniciar la reconstrucción". No obstante, la alcaldesa de Cadrete afirma que se ha trabajado con la mayor "rapidez posible" para no causar demasiadas molestias a los casi mil vecinos que residen en la urbanización Sisallete.