El puente de Sástago seguirá durante mucho tiempo al tráfico rodado, si bien desde ayer ya está abierto al paso de peatones, tal y como se dio a conocer por el Departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda.

El organismo ha recibido el estudio de la situación del puente y las posibles soluciones técnicas. De momento, se permite el paso de peatones como una solución temporal para minimizar el impacto del cierre de la infraestructura.

El consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, señaló ayer que «existe una explanada al otro lado del puente en la que se pueden dejar los vehículos, especialmente para el acceso a servicios desde Escatrón y para acceso a las fincas y parcelas agrarias».

Soro señaló que con este estudio técnico se puede comenzar, en los próximos días la tramitación del proceso de declaración de obra de emergencia necesario para la reparación del puente. Es un paso más para lograr reabrir esta infraestructura. El estudio confirma el fallo de una de las péndolas que sujetan la plataforma.

Por su parte, el director general de Carreteras, Bizén Fuster, manifestó que «ahora tenemos que estudiar las medidas que se plantean y ver cuál es la solución más adecuada para garantizar la durabilidad del puente».

Los principales problemas se localizan en las péndolas que sujetan el puente y en la reparación de la plataforma. En principio no aparecen otros problemas estructurales importantes, según detalla el estudio técnico realizado y que se centra en estudiar el estado de conservación de la infraestructura, que acusa sus 80 años de existencia. El primer puente de Sástago, sobre el río Ebro se construyó en 1923-1926 pero fue destruido durante la Guerra Civil.

Daños colaterales

En 1941 se construyó el puente actual y en estos años se han realizado algunas intervenciones de mantenimiento. Esta infraestructura soporta una Intensidad Media Diaria de 1.300 vehículos al día de los cuales 540 vehículos son pesados.

Precisamente, este fuerte uso cotidiano ha sido el que, a la postre, ha traído consigo un desgaste acelerado de la infraestructura, sobre todo debido al paso continuo de vehículos de gran tonelaje. Un daño colateral ha sido que este uso continuado ha supuesto el deterioro de la red de canalización del agua, que sufre frecuentes averías y roturas en los puntos donde coincide con la carretera que conduce de Sástago a Escatrón.

Por otro lado, la obra de reparación, que podría durar un año, obligará a numerosos residentes y trabajadores de la zona a dar un rodeo para llegar a los lugares donde viven o ejercen su actividad, lo que requiere el uso de distintas carreteras secundarias. de la Ribera Baja.

Acceso a las huertas de la margen izquierda

La habilitación de un paso peatonal en el puente de Sástago mientras duren las obra de reparación de la estructura, que puede ser muy largas, permitirá a los vecinos de la localidad llegar a las huertas de su propiedad que hay en la margen izquierda sin necesidad de dar un largo rodeo, como ha venido ocurriendo desde que se cerró el paso para vehículos y viandantes. Numerosas familias poseen al otro lado del río Ebro parcelas que explotan y que constituyen un complemento económico o un medio de vida, por lo que pueden seguir explotándose durante el confinamiento al constituir la agricultura una actividad catalogada como esencial. Una cuestión distinta son los campos de cereal del monte de Sástago.

Para llegar a ellos es preciso tomar un puente situado aguas arriba y, según la ubicación del terreno, dar un largo rodeo por una carretera local que se adentra en Monegros para luego descender a la ribera del Ebro. Estos propietarios son los que se han visto más perjudicados por la rotura de una loseta del puente, motivo del cierre. Asimismo, para el tráfico industrial es preciso ahora dar un rodeo por la N-232, descendiendo hasta Azaila para, desde esta localidad, tomar un ramal que se dirige a Escatrón. Curiosamente, no se hacen muchos más kilómetros pese al rodeo, si bien es preciso tomar varias carreteras secundarias. Ante esta situación, los ayuntamientos han urgido a las autoridades de la DGA que aceleren las obras de puente. El que cruza el Ebro en Gelsa se reparó y estuvo un año entero cerrado al tráfico de vehículos.