Expertos en voladuras controladas estudiaron ayer sobre el terreno las posibilidades de actuar en el primer tramo del puente afectado por los deslizamientos del terreno en la carretera A-221 que lleva de Quinto a Gelsa. Los análisis para determinar cómo se ejecutará la voladura, que posiblemente se limitará a las dos primeras pilastras del paso elevado, continuarán hoy con la intención de que el derribo pueda materializarse a principios de la semana que viene.

La cuestión que ahora tiene en vilo a los expertos es si la estructura será capaz de manterse en pie hasta que todo esté preparado para actuar. Las grietas continúan aumentando mientras las pilastras ceden poco a poco entre el puente y el terreno. Los técnicos volverán a la zona a lo largo de la jornada de hoy para valorar la evolución durante las últimas horas.

Los expertos se debatían ayer entre el alivio y la incertidumbre."Se ha producido un lento deterioro pero sin llegar a la intensidad de los días pasados. Lo que es imposible saber es cuál va a ser la evolución en las próximas horas", explicaba uno de ellos.

A última hora de ayer, continuaba el rebaje a lo largo de aproximadamente 800 metros de carretera afectados hasta alcanzar aproximadamente el metro de desnivel. Pero ha sido en las pilastras más cercanas al casco urbano de Quinto donde más se ha notado el deterioro.

Trabajo de riesgo

"Cuando escuchábamos crujir el paso elevado, echábamos a correr", explicó ayer uno de los operarios que estuvieron trabajando en las vías de ferrocarril. Junto a ellos, los técnicos de Carreteras no abandonaron la zona, si bien, trabajaron a un ritmo menor para minimizar el riesgo.

En las inmediaciones del paso elevado estuvieron también los especialistas de geotecnia contratados por la Dirección General de Carreteras del Gobierno de Aragón para conocer la evolución del subsuelo. Los datos que se recopilen en los próximos días serán también fundamentales para el momento en que haya que ejecutar los trabajos de reposición de los daños.

"Es necesario conocer qué ha provocado el movimiento y sobre todo cuál es el estado del subsuelo para saber si podremos trabajar en la zona con maquinaria pesada", indicaron los técnicos que analizaron el terreno.

Por otra parte, en la jornada de ayer se iniciaron los trabajos con maquinaria contratada para habilitar los pasos alternativos que tendrán que estar operativos a lo largo de los próximos meses únicamente para vehículos ligeros.

Según indicaron fuentes de Carreteras, "en vista de que la solución definitiva va para largo" será necesario acondicionar los desvios adecuadamente. Los trabajos comenzaron ayer en el trazado alternativo que conectará la zona afectada con la N-232, mientras que hoy viernes le tocará el turno al camino agrícola que une Gelsa y Pina. En ambos casos, la superficie de tierra será objeto de un tratamiento superficial con aglomerado, y se colocará la correspondiente señalización horizontal o vertical. Desde el pasado lunes están operativos los desvíos alternativos.

Por otra parte, técnicos de la Dirección General de Carreteras negaron ayer cualquier afección en la estructura del puente cercano de la carretera A-1105 que salva el cauce del río Ebro.