El centro de Teruel se sumergió ayer en plenas fiestas de La Vaquilla con dos actos que acompañan siempre a este evento lúdico: la colocación del pañuelico de las peñas al Torico y el canto de la salve en el ayuntamiento.

Este segundo acto, en homenaje al Ángel Custodio, patrón de la ciudad, se realizó por la mañana y en el mismo tuvo lugar la elección del vaquillero del año, título que recayó en José Martín Marsal, que subrayó que sentía «mucha emoción».

«Me he pasado la noche llorando para no tener lágrimas esta mañana», añadió Martín, que dijo que el momento más emotivo de las fiestas para él es la puesta del pañuelico. «Mi primer recuerdo de la Vaquilla es de cuando iba a la merienda con mis padres», manifestó, para añadir que luego lo más emocionante fue hacerse peñista, algo que marcaba como una mayoría de edad.

En el mismo acto celebrado en la casa consistorial tuvo lugar la subasta de los palcos de la plaza de toros, que como curiosidad se realiza en pesetas, y 105.000 fueron exactamente las que se ofrecieron por el palco de la Diputación de Teruel.

Paralelamente, los peñistas encargados de llevar el pañuelico del ayuntamiento a la plaza del Torico y de colocarlo empezaron la jornada «con euforia», según declararon ellos mismos. En esta edición este honor tan envidiado ha correspondido a los integrantes de la peña El Ajo, que cuenta con 850 socios.

Los encargados de la colocación del pañuelico fueron Daniel Igual y Mario Bea. «Estos días he soñado varias veces con esta ceremonia, con que intentaba llegar a lo alto del Torico y no lo conseguía», declaró a Aragón Televisión.

Al bajar del monumento, en medio de una plaza llena hasta los topes, ambos recibieron el abrazo emocionado de sus compañeros de peña, unas 40 personas entre responsables de distintas directivas de la asociación y colaboradores.

Tras una semana de actos dentro de las fiestas del Ángel, desde ayer Teruel celebra La Vaquilla hasta el próximo lunes cuando al llegar la medianoche, otros dos miembros de la peña El Ajo, Imanol Pérez y Javier Cantalapiedra, serán los encargados de retirar el pañuelo al Torico y despedir así las fiestas.

Por su parte, la alcaldesa de la ciudad, Emma Buj, aseguró que cuando llegan las fiestas de la Vaquilla ella se siente «como una turolense más». La regidora mostró su satisfacción por el hecho de que, pese a la premura de tiempo, se ha logrando constituir todos los servicios y comisiones del consistorio tras las recientes elecciones municipales.

Estos días Teruel se ha convertido en un foco de atracción de personas de todo Aragón y de las comunidades limítrofes, en particular la de Valencia, de forma que toda su infraestructura hostelera y de alojamientos colgó ayer el cartel de «completo».

ÁREA DE ACAMPADA / Juan Ciércoles, presidente de la asociación de empresarios turísticos destacó la importancia que La Vaquilla tiene para el sector servicios de la localidad. El llenazo, indicó, se registra durante este fin de semana, para empezar a decaer a partir del lunes.

Estos dos días no solo se llenan los hoteles de la ciudad, sino que no hay plazas en ningún tipo de alojamiento de las poblaciones vecinas. Asimismo, el área de acampada que habilitó el ayuntamiento hace unos años, con 2.200 plazas, estaba ayer igualmente totalmente ocupada, lo que revela la gran afluencia registrada.

En el día de hoy, las fiestas continuarán en diversos escenarios de la ciudad con una importante oferta de actos lúdicos para los más pequeños, así como pasacalles y actividades musicales para todos los gustos, pues el ayuntamiento ha buscado ante todo la diversidad.