La punta de la crecida del Ebro ha llegado este martes a Zaragoza en torno a las 9.00 de la mañana, con unas horas de retraso, y con un caudal de 1.292 metros cúbicos por segundo, menos de lo esperado inicialmente, pero después de anegar cultivos en varios municipios de la Ribera Alta.

Se trata de la primera avenida ordinaria que se produce en este 2014 en el Eje del Ebro, debido a las precipitaciones que se han producido en estos últimos días, y por la que el Gobierno de Aragón ha activado la situación de prealerta ante posibles inundaciones.

Desde primera hora de la mañana, numerosos vecinos se han acercado a las riberas del Ebro para contemplar la punta de esta avenida que, por ahora, no ha causado ninguna incidencia en una ciudad que cuenta con protecciones para hacer frente a avenidas extraordinarias.

Una de ellas es la mota que protege el barrio del Actur, de Zaragoza, en la margen izquierda, con una longitud de 1,1 kilómetros, que transcurre desde el Parque del Agua hasta pasado el puente de la avenida Ranillas, capaz de soportar avenidas de hasta 5.400 hectómetros cúbicos.

Después de que la punta de la crecida alcanzara, el pasado domingo, más de 1.400 metros cúbicos por segundo en la localidad navarra de Castejón , la avenida ha anegado hectáreas de cultivo, en los municipios de la Ribera Alta.

Boquiñeni, Alcalá de Ebro, Novillas, Cabañas, Pradilla o Alagón en la provincia zaragozana han sido algunos de los pueblos afectados por esta avenida que, tras su paso por Zaragoza, se dirige ahora a otras localidades como Pina de Ebro.

Allí se espera que llegue a última hora del día, con la esperanza de que el río no ataque un "punto débil", una mota que se derrumbó tras la riada de junio del año pasado y que no ha sido convenientemente reparada, ha explicado a EFE la alcaldesa del municipio, María Teresa Martínez.

"Puede que se rompa y que se tenga que cortar la circulación en la carretera", ha advertido Martínez, quien ha lamentado que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) no se haya encargado en este tiempo del mantenimiento de la mota, "cuando es su obligación", ha dicho.

En 2013, las primeras crecidas del año acontecidas en enero y febrero anegaron entre 1.000 y 1.200 hectáreas en esta localidad, ha recordado Martínez.

En cambio, en otras localidades, como Nuez de Ebro o El Burgo de Ebro, a unos 25 y 17 kilómetros de Zaragoza, confían en que las afecciones sean mínimas y que los sistemas de protección impidan el paso del agua a los cultivos.

Según ha indicado a EFE el alcalde de El Burgo de Ebro, Miguel Ángel Girón, el problema se produce cuando la crecida del Ebro se mantiene durante unos días, no cuando el caudal del río sube y vuelve a la normalidad en relativamente poco tiempo como parece, ha dicho,que va a ocurrir, en esta ocasión.

Las crecidas en el río Ebro se han producido cíclicamente a lo largo de la historia.

Recientemente, en 2007 se registraron tres picos de crecida en poco tiempo, entre marzo y abril, y en 2008, en el año de la Exposición Internacional de Zaragoza, una crecida de 1.576 metros cúbicos por segundo llegó a la ciudad unos días antes de la inauguración de la Muestra, provocando la alarma de la organización.

Pero fue en 2003 cuando se registró una de las más importantes, con un caudal que llegó a alcanzar los 3.000 metros cúbicos por segundo y que obligó a evacuar hasta 1.000 vecinos de Pradilla y Alcalá de Ebro.

Fue la mayor crecida registrada en los últimos cuarenta años, desde la riada de 1961, grabada en la memoria colectiva de muchos ribereños, en la que el caudal del río alcanzó los 4.130 metros cúbicos por segundo a su paso por Zaragoza.

La crecida se prolongó durante varios días, provocando cuantiosos daños y llegando a cambiar el paisaje de la ciudad, con la creación del Galacho de Juslibol, hoy un espacio natural protegido a las puertas de la capital.