La punta de la crecida del Ebro ha estado pasando por la ciudad de Zaragoza la pasada madrugada sin llegar a causar daños. Fuentes de los Bomberos han señalado que no han debido realizar ningún achique hasta el momento. Un portavoz del cuerpo ha señalado que los buzos han estado preparados a lo largo del día sin que haya sido requerida su intervención. Ni siquiera se han inundado bajos, garajes y trasteros de a Margen Izquierda, como suele ocurrir en estos episodios de avenida.

La cresta de la riada ha oscilado entre los 1.000 y los 1.100 metros cúbicos por segundo y en estos momentos es de 994, según datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

En realidad, la ciudad, sometida a estrictas medidas de confinamiento, le ha vuelto la espalda al río, más preocupada por la pandemia de coronavirus que por una riada de carácter periódico que entra dentro de lo esperable en épocas de lluvias y comienzo del deshielo.

Con todo, en algunos embalses de la cuenca se están llevando a cabo desembalses controlados con el fin de aumentar la laminación de las avenidas, reduciendo así los caudales en los tramos bajos de los ríos, informa el organismo de cuenca, que atribuye la reducción del caudal al cese de las precipitaciones.

Al parar de llover el nivel del agua se ha reducido de forma considerable en los afluentes de la margen derecha, en particular los ríos Piedra y Jalón.

En la Ribera Alta, la riada ha pasado en realidad sin pena ni gloria, pues los vecinos están ahora todos pendientes de observar las medidas de protección frente al coronavirus.

"Se han inundado algunos campos, como es habitual cuando pasa una riada ordinaria, pero lo cierto es que nuestros esfuerzos se centran ahora en proteger a la población del covid-19", explica Ana María Arellano, alcaldesa de Luceni.

"Hemos creado una red de voluntarios, con personas sanas hasta los 50 años, que se encargan de llevar alimentos y medicinas a los ancianos que están en sus casas, cumpliendo, claro está, todas las medidas de autoprotección", añade. "La comarca de la Ribera Alta , a través de los servicios sociaoes, está haciendo lo mismo dentro de su ámbito", ha comentado la regidora.

En Boquiñeni se ha visto muy afectada la mejana (isleta) existente en la localidad y ha habido afecciones en un camino de tierra, explica su alcalde, Juanma Sanz, que precisa que "todo está cerrado" y que "la gente permanece recluida en sus casas".

Ayer, la riada pasó por Novillas, la primera localidad aragonesa que atraviesa el Ebro tras pasar por Navarra, e inundó unas 400 hectáreas de la margen izquierda, sobre todo tierras de labor.