El diseño del nuevo cruce de Sagasta con Goya tiene algo bueno y algo menos bueno. Así lo valoran los propios vecinos. En cuanto al primero, todos aplauden que se haya contemplado un paso de peatones y un carril bici para unir el bulevar en su intersección, una reivindicación histórica que borrar del listado.

Pero nunca llueve a gusto de todos y critican que la nueva regulación semafórica resulta liosa y confusa. Tanto que en cinco días ha generado cuatro accidentes.

Hasta el jueves de la semana pasada las señales lumínicas eran sencillas y comunes. Los semáforos ordenaban una única orden por avenida. Ahora ya no es así y van por turnos. La indicación dependerá, por ejemplo, de si el vehículo continúa recto o cambia de dirección para desviarse a otra dirección.

Este es el precio que hay que pagar por lograr la convivencia entre turismos, bicis y peatones y que no acaba de cuajar entre los ciudadanos.

Pablo Iranzo estuvo "a punto" de tener un golpe la semana pasada. "Iba con lo moto y el girar desde Goya a Sagasta tuve que frenar de repente porque estaba cruzando una bici y el coche de atrás casi me da por detrás. No sabía que el carril bici ahora atravesaba también Sagasta y tiene su semáforo".

Las bicis se han convertido en la diana de todas las críticas. Eduardo Izquierdo, vecino de Tenor Fleta, lo tiene claro: "Este cambio se ha hecho para los ciclistas y se ha liado". Zaira Morer criticaba que "se creen que la calle es suya". No opinan lo mismo, claro, los propios ciclistas. "Tenemos que ir con mil ojos porque los coches ni respetan ni están acostumbrados a los cambios", decía Llanos Sanz.

Desde el departamento de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza aseguran que se ha estudiado y comprobado que la regulación actual es correcta y segura. Según explicaron, se ha instalado un cámara de vigilancia en el cruce para controlar el tráfico y ha habido policías locales y técnicos de Movilidad ratificando que los tiempos y los turnos de los semáforos son apropiados.

Desde el consistorio recomiendan a los conductores más atención a las señalización para evitar despistes ante los últimos cambios.

Pero a los usuarios no les convence. "Es una zona con mucho tráfico, si haces un cambio así, tienes que poner más señales o un policía que regule el tráfico de forma temporal, hasta que la gente se acostumbre", decía Eduardo Almazán. Una idea que compartía con José María Val y Javier Cortés, que aplaudieron la iniciativa. "Ya era hora de que pusieran un paso de peatones que uniera el bulevar".

Ayer solo hubo una coincidencia en las opiniones. La culpa la tiene "la inercia". "Conducimos con el piloto automático y la gente tiene que volver a acostumbrarse que donde antes había un único semáforo, ahora, hay más de uno".