La empresa encargada de la gestión del servició municipal de atención telefónica, 010, quiere cedérselo a otra, Datanoise. Desde el Ayuntamiento de Zaragoza ya advirtieron ayer de que para hacerlo necesitan su visto bueno, presentar un informe de solvencia económica y garantizar que se mantendrán las condiciones laborales de las 14 trabajadoras.

Esta propuesta se ha producido un mes después de que la contrata declarara ante el juzgado número 4 de lo Contencioso Administrativo -el pasado 28 de febrero- que tenía capacidad para seguir prestando el servicio. «Aunque lo aseguró bajo juramento, esto demuestra que no estaba en condiciones de hacerlo, por lo que faltó a la verdad», criticó el concejal de Servicios Públicos y Personal, Alberto Cubero, que aseguró que tuvo constancia de la noticia a través de una notificación de la jueza que lleva el caso.

Según Pryrenalia, lo comunicaron el pasado 31 de marzo en una reunión con la directora de Organización, Eficiencia y Relaciones con los Ciudadanos, Carmen Corral, y el abogado municipal, Carlos Navarro de Cacho. Según la contrata, fueron estos quienes señalaron que el juez debía pronunciarse.

Para Cubero, las pretensiones de la empresa son «intolerables» porque, «además de seguir sin pagarles en tiempo a las trabajadoras», quiere «librarse del contrato entregándoselo a un tercero». El concejal adelantó que ya han comunicado a la magistrada cómo debe realizarse oficialmente la petición de cesión, definida en los pliegos de condiciones.

Desde Pyrenalia informaron que Datanoise es una empresa filial participada al 85%, con el mismo domicilio social y «con total y absoluta» cobertura de medios técnicos y capacidades. Este cambio forma parte de una nueva reestructuración del grupo «con el único objetivo de garantizar el desarrollo del negocio», aseguraron.

Cubero no escondió ayer su malestar con el devenir de la justicia, que, reiteró, «no es igual para todos». Anunció que solicitarán el «levantamiento de las cautelares sobre la municipalización porque la única empresa que estaba en condiciones de seguir ha demostrado lo contario». Según el responsable municipal, Pyrenalia «recibió presiones de la patronal de empresarios (CEOE)» para declarar que podía asumir el servicio, algo que negó la empresa: «No hay más. No hay presiones de nadie. Ni ninguna otra intención que no sea la de prestar los servicios».