Los abogados de la defensa en el juicio contra una presunta red de prostitución que se celebró ayer en la Audiencia de Zaragoza pidieron ayer al tribunal que procurara que los testigos que habían declarado no se pusieran en contacto con los que esperaban a hacerlo en el pasillo. Julio Arenere, presidente de la Sala Tercera que juzgaba los hechos señaló que "agradecería" que los letrados elevaran sus quejas al Ministerio de Justicia "para que resolviera de una vez el problema de la falta de salas para testigos". Hay otros muchos déficits en las dependencias judiciales zaragozanas, denunciados desde hace años. Los tres abogados defensores sólo disponían ayer de un micrófono que se tenían que turnar cada vez que hablaban.