La quema de contenedores en Zaragoza ha supuesto un gasto de 1,9 millones de euros en la última década. Una práctica de la que los vándalos no se cansan y que en lo que va de año ya han prendido fuego a 37, frente a los 14 que ardieron durante los primeros 43 días del 2018. Según la empresa que se encarga de su gestión, mantenimiento y reposición, FCC, no existe un patrón definido ni una zona en la que se produzcan más siniestros, pero sí admite que puede haber oledas. FCC y el Ayuntamiento de Zaragoza están estudiando un sistema antiincendios que permita detectar cuándo se está produciendo un aumento de la temperatura en el interior para que, de manera automática, alerte a los bomberos. Una actuación más rápida evitaría que acabasen calcinados o que se propagase el fuego.

Se trata de un problema que no es exclusivo de la ciudad de Zaragoza y que la solución no es otra que el civismo, pero es una tarea individual de cada uno. Según el jefe de servicio de FCC, Francisco Menénez, trataron de hacer un mapa de siniestros para estudiar posibles medidas disuasorias, pero los actos vandálicos no siguen ninguna lógica.

Tampoco está relacionado el tipo de contenedores, aunque los de metal son los menos sustituidos porque el material es más resistente y menos inflamable. En cambio, los de papel y cartón prenden a mayor velocidad y normalmente acaban completamente calcinados e inservibles. Es por eso por lo que desde FCC descartan que una de las soluciones consista en alterar el orden de los depósitos de las islas y colocar los de metal en los extremos, como se barajó en el área de Servicios Públicos ya que, aunque más lentamente, acaban ardiendo y, además, únicamente hay uno por cada isla. Desde el 2009 se han prendido 2.297 depósitos, según los datos facilitados por FCC.

Del total, 736 eran de papel y cartón, 578 de envases de plásticos, 611 de residuos y 372 de vidrio. Estos son los más baratos de reponer, unos 700 euros porque son de fibra de vidrio, el resto cuesta alrededor de 750 euros. Solo en la adquisición de nuevos depósitos, FCC ha invertido 1,6 millones en los últimos diez años, a los que hay que añadir otros 249.674 euros de gasto en concepto de limpieza, retirada y traslado de los calcinados. Así que la quema de los 2.297 depósitos ha supuesto un coste de 1,9 millones de euros, sin tener en cuenta los daños que provocan los incendios en coches, fachadas de viviendas y mobiliario público así como el coste que ocasiona cada una de las salidas de las unidades de bomberos.

DESCENSO

El jefe de FCC también descarta que sea una moda de temporadas. Este año casi se ha triplicado el número de los depósitos que ha ardido respecto al mismo periodo del pasado, cuando en todo el ejercicio se quemaron 172, frente a los 154 del 2017, los 172 del 2016 o los 197 del 2015. Lejos quedan esas cifras de más de 200 que se registraron hace más de cuatro años.

En el 2014 se retiraron 280, mientras que en el 2013 fueron 132, un año en el que se produjo un gran descenso si se compara con los 230 del 2012. El peor año en la quema de contenedores fue el 2010, cuando ardieron 385, una cifra que no ha vuelto a repetirse.