-Han vetado al consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, en la negociación del presupuesto. ¿No ven necesario pedir su dimisión?

-Con que no esté al mando de las negociaciones nosotros nos damos por satisfechos. En otra ocasión ya pedimos su reprobación en las Cortes de Aragón. No somos sospechosos de estar de acuerdo con un consejero que ha mentido a Podemos y a los aragoneses en muchísimas ocasiones. Pero también es verdad que existe una situación de emergencia en estos momentos sobre las infraestructuras educativas en todo Aragón y que el Gobierno ha cruzado una línea roja que no esperábamos que fuese a cruzar. Han decidido tomar a los aragoneses como rehenes por motivos partidistas en su pugna con Podemos y ponen en peligro los servicios públicos de la comunidad. En ese sentido, por nosotros no será.

-¿Qué reclaman para revertir esta situación?

-No vamos a facilitar que el Gobierno de Javier Lambán haga daño a los servicios públicos aragoneses y por lo tanto, lo que pedimos para la negociación son dos cosas muy sencillas. Una, que Gimeno no esté al mando de las negociaciones, pues de lo contrario todo quedaría en papel mojado ya que ha mentido tantas veces. Y la segunda es algo de voluntad política que ya podrían haber demostrado en la primera orden de prórroga que sacó el Consejo de Gobierno. De hecho, la orden del 2016 es mucho más restrictiva que la del 2015.

-Aunque el consejero Gimeno no se siente en la mesa de negociación será su equipo el que gestione las cuentas...

-Nosotros ya hemos pedido la reprobación. Y esperamos que las condiciones que ponemos sobre la mesa se acaten. Cuando pedimos que Gimeno no lidere el proceso queremos que el Gobierno de Aragón cumpla. Y si no lo hace, no habrá condiciones para que nos sentemos en una mesa a negociar.

-¿Cree que la ciudadanía está entendiendo que no faciliten unas cuentas con gran contenido social, según la DGA?

-El PSOE tiene mucha experiencia en intoxicar en los medios de comunicación y en usar los puestos de su Gobierno, los atriles que se les brindan a los consejeros, para mentir y para intoxicar. Y eso puede tener un efecto en la opinión pública, pero los aragoneses son mayores de edad y son inteligentes. Y aunque se les pueda engañar durante cinco minutos, no se les puede engañar durante cinco meses. Al final la gente se acaba dando cuenta de quién es la responsabilidad del bloqueo. En esta caso es evidente que es del Gobierno porque hay una ley de prórroga que ha escrito Gimeno y que es la que les impide poner en marcha las infraestructuras que se están demandando.

-Si se cumplen las condiciones, ¿qué es lo que va a reivindicar después esa mesa de negociación?

-Hemos planteado cinco medidas para crear empleo en Aragón que deben estar recogidas. Pero fundamentalmente lo que necesitamos para cambiar el voto de la abstención a la toma en consideración son garantías. Es lo que no hemos tenido en las cuentas del 2016 en las que no se han aplicado las enmiendas de Podemos. Los contenidos serán importantes, pero sin garantías reales de cumplimiento son solo papel mojado.

-¿La negociación únicamente llevará a un sí a la toma en consideración? ¿O se podrá llegar a un sí a todo el proyecto?

-Creo que tenemos que ir paso por paso. Lo primero es tener la garantía de que el Gobierno quiere abandonar la senda de la mentira. Y lo que tiene que pasar es que haya una toma en consideración. Llevamos ya más de cuatro meses de retraso respecto a lo que marca el Estatuto. Nosotros estamos dispuestos a hablar para desbloquear este paso. Y si el proyecto que se registra es maravilloso y tenemos todas las garantías, pero luego se aceptan todas las enmiendas del Partido Popular, pues evidentemente no podríamos votar a favor de un presupuesto así.

-¿Han retrasado la toma de decisiones importantes en Aragón a la espera de lo que suceda en Vistalegre II? ¿Se ha descuidado la política autonómica?

-En absoluto. Sé que todo el mundo barre para casa y espero no sonar prepotente, pero la gestión que hemos hecho en Aragón se está mirando desde otras comunidades autónomas. Aquí hemos hecho varias cosas que marcan una diferencia. En cuestiones de partido, Aragón está a la cabeza del estado en círculos activos y eso habla bien de la organización de base. Aquí tenemos compañeros que han manifestado su apoyo a todas las opciones en liza en Vistalegre II y no se ha empeorado la relación entre nosotros ni la dinámica de trabajo. Creo que hemos hecho las cosas razonablemente bien y hemos demostrado que a pesar de ser una organización joven y que los congresos tensionan la situación se puede trabajar bien. Y sobre los trabajos parlamentarios, es evidente que Podemos está en la parte alta de Aragón. Los números así lo dicen. Somos los que más veces hemos hecho comparecer a Lambán y los que más proyectos de ley hemos presentado. Y somos los que llevamos la delantera en la negociación de los presupuestos. Es algo evidente y nuestro trabajo habla de ello.

-¿Podemos se plantea una candidatura única para el Ayuntamiento de Zaragoza?

-En este momento no estamos pensado en las elecciones autonómicas y municipales. Pero en todo caso, yo creo que las candidaturas de unidad popular en las grandes ciudades, y en concreto en Zaragoza, han ido muy bien. Están demostrando capacidad de Gobierno. Por cierto, Pedro Santisteve ha anunciado que ha conseguido bajar la deuda de la que el propio Fernando Gimeno fue uno de los principales causantes. Y esto ha sido a la vez que no ha recortado gastos sociales, algo que los partidos que defienden el lema de la austeridad nos decían que era imposible.

-Pase lo que pase en Vistalegre II parece que está obligado a elegir entre Madrid o Aragón. ¿Ha tomado ya una decisión?

-Es pronto para plantear esa disyuntiva. Es algo que depende de los resultados de Vistalegre II. Tomar decisiones antes de ese momento es precipitado y no tiene ningún sentido. Yo estoy en general de acuerdo con el planteamiento de incompatibilidad de cargos que se está planteando, aunque pueda discrepar en algunos detalles. En todo caso, creo que es una decisión que se tiene que tomar tras Vistalegre y que no puede ser algo personal, tiene que ser algo colectivo.

-No hace mucho defendía que el mantra «una persona un cargo» podría restar diversidad al núcleo central en Madrid, que favorecía la centralización.

-Estoy en desacuerdo con el planteamiento de incompatibilidad que hace la candidatura de Íñigo Errejón porque creo que es un planteamiento centralista. Los secretarios generales autonómicos son personas que tienen legitimidad democrática y han sido votados por miles de personas en sus comunidades autónomas, por lo tanto son tan miembros del consejo ciudadano estatal como los cargos electos. Así que no entiendo que se quiera prohibir estatutariamente que formen parte de la ejecutiva. Me parece una medida bastante madrileña y muy poco descentralizadora. Pero ya digo: esto son los matices, en general estoy de acuerdo con el planteamiento del comienzo.

-La guerra interna se ha recrudecido. ¿Existe un riesgo real de ruptura en Vistalegre II?

-Me gusta recordar la celebración de Vistalegre I, con los titulares de «lucha fratricida», «batalla campal en Podemos» o «Podemos se rompe». Y luego se ha visto que no ha pasado nada de eso. Se votó, salió una opción mayoritaria, y los que estuvimos en la opción minoritaria pues seguimos trabajando a favor del proyecto. Y eso es lo que creo que va a pasar.

-¿Qué le parece la campaña de Errejón? Le ha reprochado que use la imagen de Iglesias.

-Más allá de lo estético, pues es un poco raro tener a Pablo Iglesias de carne y hueso en un evento y unos metros más allá a Pablo Iglesias de cartón. Mi crítica a la campaña de Errejón es que hace un planteamiento que no es verdad. Lo que le pide a la gente es que vote a Iglesias como secretario general, pero a su candidatura para el consejo ciudadano diciéndoles a los votantes que eso puede desembocar en un Iglesias al frente del partido. Y el implicado ya ha explicado, por activa y por pasiva, con argumentos de coherencia política y de legitimidad democrática, que eso no es posible.

-¿Y cuál sería su situación en el que caso de que se impusieran las listas de Errejón o las de los anticapitalistas?

-Bueno, lo tendría que pensar. Pero desde luego, en lo organizativo, que es mi función, digamos que tengo importantes diferencias en cómo ha gestionado la organización el equipo de Errejón en el pasado y antes de mi llegada. Si hay un cambio de rumbo político en Podemos va a significar también un cambio en la organización.

-¿Y estas discrepancias con la candidatura de Errejón son compatibles con ofrecerles un espacio si se imponen los criterios de Iglesias?

-Totalmente. Entre compañeros nos tenemos que decir las discrepancias a la cara, pero eso no significa que no podamos trabajar juntos. De hecho, lo hacemos habitualmente en los órganos. Un ejemplo cercano: en el consejo ciudadano de Aragón estuvimos hablando de los presupuestos y barajamos opciones diferentes. Esto pasa en todos los órganos y es un tesoro de la organización. Y es perfectamente compatible con trabajar juntos.