-¿Cuáles son las bases sobre las que se asienta la nueva generación de vehículos de la marca para los próximos años?

-Por un lado tenemos que asegurar que los productos se corresponden con lo que quiere el cliente, para lo cual tenemos que introducir nuevas tecnologías y maximizar la actividad de nuestros coches. Un objetivo claro también es ser compatibles con las nuevas normativas sobre el consumo medio de CO2. Para ello estamos trabajando en mejorar la eficiencia de nuestros motores a combustión y en ampliar la oferta de coches eléctricos ya sean híbridos o eléctricos puros.

-¿Cómo está cambiando el mundo del automóvil y hacia donde se dirige?

-Creo que la nueva era estará caracterizada por una fragmentación muy alta. En el pasado había tres o cuatro segmentos que cubrían en el 90% de las ventas, pero ahora estamos viendo muchos más subsegmentos entre coches de carrocería tradicionales, crossover y SUV. Por tanto, la fragmentación es enorme y nos tenemos que adaptar. Además, el comportamiento del cliente respecto al consumo y el medioambiente es muy diferente. Hay mercados que dan poca importancia al CO2, principalmente fuera de la UE. En otros la legislación es muy severa, por lo que tenemos que ser compatibles con esta diversidad de mercado.

-Se habla del coche eléctrico pero también del coche de hidrógeno y del autónomo. ¿Cuál cree quie es la hoja de ruta?

-Llevamos mucho tiempo trabajando en el hidrógeno, tenemos la tecnología y estamos listos para ofrecer un vehículo de hidrógeno de serie, pero nos faltan las infraestructuras para poderlo disfrutar y producir un coche dirigido a las masas. En cuanto al coche autónomo, es un camino progresivo. Hay cinco niveles de autonomía y aún estamos preparando los coches que se encuadran en el nivel tres de autonomía. Estamos preparándonos para las próximas fases, pero va a ser un largo camino por el impacto legislativo y de infraestructura. No habrá un coche listo si no hay infraestructura pública y eso llevará años.

-La tecnología se ha convertido en un elemento clave para los vehículos del futuro…

--Si, es clave, cada vez más. El contenido tecnológico sube a un ritmo exponencial por todo lo que supone la conectividad, por los sistemas de asistencia al aparcamiento, a la conducción y a la seguridad. A eso hay que añadir toda la tecnología de los coches eléctricos que marca la diferencia entre un coche y otro en términos de autonomía y de duración de las baterías. Estamos invirtiendo muchísimo para seguir siendo muy competitivos.

-¿Cuánta inversión y recursos invierte Opel en el desarrollo de los nuevos vehículos?

-No puedo dar un número exacto pero estamos trabajando miles de personas con el objetivo de definir todas las características del coche, junto al departamento de diseño, ingeniería e industrialización. Estos departamentos trabajan juntos para poder ofrecer al cliente un coche competitivo.

-Zaragoza es una planta de referencia dentro del grupo. ¿Qué papel puede desempeñar en el futuro?

--Zaragoza es la planta más grande que tenemos y ha dado evidencia de su eficiencia, por lo que estamos asignando nuevos modelos a la factoría, como ha ocurrido con el Corsa. Eso permitirá asegurar el empleo y el desarrollo de la planta.

-¿Hacia qué cliente debe dirigirse Opel para seguir otros 120 años?

-La respuesta es muy sencilla: a todos. Nosotros somos una marca que pretende ofrecer tecnología punta al alcance de todos y no solo a una élite. Esto lo hemos hecho con éxito y vamos a seguir en este camino. Opel es una marca que quiere democratizar la tecnología.