A Rocío todavía le tiembla la voz al recordar la agresión que sufrió a primeros de agosto cuando salía de su casa de La Muela. Un sicario supuestamente contratado por la exmujer de su pareja sentimental tenía previsto acabar con su vida. Desde aquel día ya no puede salir sola a la calle.

Es tal el miedo que tiene que reconoce a EL PERIÓDICO que va a abandonar La Muela y va a irse a vivir a otro sitio próximamente. De ahí que prefiera mantener el anonimato. Un cambio de residencia al que, para su desgracia, están habituados ella y su novio. Siempre huyendo de las amenazas de los mismos que intentaron matarla. Antes estuvieron en Nuez de Ebro y en La Puebla de Alfindén, si bien todas estas localidades están en Zaragoza; cuestión que colisionaría con la ley gitana que propone el destierro de provincia en casos de rupturas matrimoniales por terceras personas.

No obstante, esta mujer, que no se separa ni un minuto de sus familiares más cercanos, admite que «algo de tranquilidad respira». Es por la entrada en prisión del supuesto sicario y de la mujer que le contrató. «Va a ser durante un tiempo, el problema es que no sé cuánto», añade.

ADVERTENCIA

Rocío recalca a este respecto que una hija de la detenida la llamó después del arresto llevado a cabo por la Guardia Civil para decirle que todo había sido un aviso y que ya habría sorpresas. «No entiendo por qué siguen diciendo esas cosas», añade.

Tampoco comprende la animadversión que le tiene la exmujer de su pareja sentimental. «Llevamos tres años juntos, yo creo que se le tendría que haber olvidado porque no hemos hecho nada, al revés, no estamos ni cerca de ellos», apostilla. A este respecto destaca que a su marido le ha denunciado la ahora detenida en varias ocasiones y que de todos los juicios a los que se ha enfrentado ha resultado absuelto ­­--un hecho corroborado con la abogada de esta mujer y de su novio, Olga Oseira--.

Aunque admite que «no quiere meterse en más líos» porque «ya ha hablado bastante», Rocío insiste en que lo que le ocurrió iba a ser un crimen. «Querían matarme, eso está muy claro aunque diga lo contrario el abogado de ella --el penalista José Cabrejas--», asevera esta mujer que destaca que primero pensaron usar una pistola y luego ácido».

Una afirmación que conoce esta mujer porque así consta en el atestado realizado por el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Zaragoza. Los agentes llegaron a esta conclusión tras analizar el teléfono móvil del sicario en el que guardó las conversaciones con la arrestada y con el nieto de ella, ingresado en una cárcel de Francia, y que sería amigo del contratado para cometer la agresión. Los «problemas logísticos», según la Guardia Civil, lo impidieron.

Los agentes pudieron escuchar un audio enviado el 15 de julio, a través de la red social Facebook, en el que el nieto de la detenida le ofrecía ganar dinero «por hacer una cosa fácil y buena, que es un asunto personal suyo».

La agresión sufrida unida a las amenazas de muerte, tanto anteriores como posteriores, y el acoso llevaron al instituto armado a hacer una valoración de riesgo que la calificaron de alto. Esto les obligó a actuar de manera urgente para evitar que las advertencias finalmente se cumplieran y hubiera un crimen.

LA GUARDIA CIVIL BUSCA A UN CUARTO IMPLICADO

La investigación de la Guardia Civil con respecto a este caso continúa abierta ya que los agentes estarían buscando a un cuarto implicado. Se trataría del hombre que conducía el coche en el que se trasladó al sicario a La Muela para cometer la tentativa de asesinato.

Todos ellos formarían un grupo criminal con diferentes roles. El nieto de la detenida y supuesta inductora de todo, ingresado en una cárcel de Montpellier, sería el que contrató a un conocido suyo para encargar la comisión de la gresión ofreciéndole por ello dinero, cuya cuantía sería más elevada cuanto mayor daño se produjese a la víctima. Para llevar a cabo estos hechos los implicados se coordinarían y llevarían a cabo diferentes funciones con la finalidad de que todo pareciese un robo con violencia, evitando así que fueran descubiertos de esta conspiración.

Antes de cometerse la agresión la víctima fue vigilada por dos de los implicados para conocer sus rutinas y una vez decidido el día de llevarla a cabo, el autor material de la misma, fue trasladado en un vehículo ocupado por la expareja promotora de estos hechos y una persona más que fue arrestado en Figueruelas. Llegaron a la Muela, dejando al agresor en las inmediaciones del lugar donde se produjo el ilícito y desplazándose unas calles más alejados donde le esperarían para escapar de la población una vez cometida la agresión.

Pero los ocupantes de este vehículo, al observar que el agresor estaba siendo seguido por los vecinos de la localidad, huyeron de la misma dejándolo allí, donde fue detenido momentos después.

Junto a la detención del chófer también estaría pendiente la del nieto. Sin embargo, al estar en un centro penitenciario en Francia es muy probable que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de La Almunia de Doña Godina, encargado del caso caso, tenga que solicitar una comisión rogatoria al país vecino para que pueda imputarle. Allí cumple una condena de 10 años.