­—¿’Gloria’ ha sido una borrasca extraordinaria?

—Evidentemente, sobre todo por la cantidad de nieve caída. Ha tenido dos partes: lunes y martes afectando a Teruel y el sur de Zaragoza; y luego el miércoles y jueves en Huesca, aunque allí la cota de nieve ya estaba en los Pirineos y otras zonas habituales. Pero sí, lo en Teruel y sur de Zaragoza lo más significativo es que fue todo en forma de nieve, con cantidades que superaron los 130 litros. En Valderrobres, por ejemplo, cayeron 180 litros en 48 horas.

­—¿Algo excepcional en cualquier caso?

—En cuanto a nieve sí. En cuanto a precipitación en sí misma, ha habido otras similares pero en forma líquida. Habrá que mirarlo con detenimiento porque hay que tener en cuenta que ha estado nevada prácticamente toda la provincia de Teruel.

­—¿Recuerda algo similar recientemente?

—En los dos últimos años sí ha habido, como en Semana Santa del año pasado o en octubre del 2018, pero no una situación como esta, con casi todo en forma de nieve. La cota bajó hasta los 300 metros y por eso nevó prácticamente en todas partes. Hasta en Zaragoza. Le faltó el canto de un duro pero llegó a caer algo en las afueras.

­—¿Se han batido récords?

—En Zaragoza capital, por ejemplo, que cayeron 40 litros el martes, es un récord de precipitación máxima diaria en enero. Daroca, con 59 litros por metros cuadrado, marcó el doble de la máxima que tenía hasta ahora para este mes.

­—¿Y en Teruel?

—Es curioso, porque enero en Teruel es precisamente de los meses que menos precipitaciones hay. Le afectan más las tormentas de verano. La peculiaridad es que ha sido en forma de nevadas, y con esas cantidades es más de medio metro de nieve. Y en algunos sitios, metro, metro y medio...

­—¿Tienen registros de nieve?

—Más ahora que antes, pero una cosa es la precipitación y otro los espesores de nieve. En una primera aproximación se puede estimar que lo que es un litro por metro cuadrado, lo que es un milímetro, en líquido es eso, un milímetro de altura de agua. En forma de nieve, sin embargo, es como diez veces más. Por tanto, si caen 100 litros por metro cuadrado, sería un centímetro de agua, pero en nieve sería un metro. Y eso hablando de nieve cayendo a esta temperatura, no muy lejos de los cero grados. Ya digo que la nieve es un tema complejo. Decir de forma matemática que 100 litros son un metro es algo aproximado, no siempre es así. Con las cantidades que han caído hablamos de sitios que han tenido metro y medio de nieve.

­—No se sabía que una borrasca podía ser tan agresiva.

—Borrasca es la palabra española que equivale a ciclón. Es baja, lo contrario que anticiclón. Con esto hay mucha confusión porque vino por el Atlántico, cruzó la península y se situó al sur de Baleares. Cuando estaba ahí es cuando más nos empezó a afectar a nosotros porque metió flujo de levante. En los últimos días, la borrasca Gloria ya no estaba, ya no la veías en los mapas en superficie. Lo que pasa es que la situación en altura continuaba siendo inestable, seguías teniendo la dana propiamente dicha (depresión aislada en niveles altos) o gota fría.

—¿Estos datos de récord en enero se pueden relacionar con el cambio climático?

—Es complicado atribuirlo a un episodio concreto. En general, todos estos episodios extremos cada vez es más probable que estén relacionados con el cambio climático. El hecho de que la frecuencia con la que están sucediendo sea mayor, evidentemente se puede atribuir al cambio climático.

­—¿Los incendios de Australia tienen que ver también con el cambio climático?

—A ver, ha habido incendios que han devastado cantidades enorme de extensión en ese país anteriormente. Lo que ocurre es que llevan muchos ya en los últimos años.

­—Cuando se hacen las previsiones, ¿se pueden calcular las cantidades que van a caer?

—El martes ya se podía intuir que iba a pasar algo gordo, pero con tantos días el margen de error aún es muy grande. Yo el sábado ya estaba difundiendo mapas que anunciaban la que se le venía encima a Teruel. La precisión no se puede tener siempre, pero en esta ocasión los modelos se han comportado bastante bien, centrando la provincia de Teruel como la zona de la comunidad donde más iba a caer en forma de nieve.

­—¿Hasta qué punto se puede ser preciso con la tecnología de hoy en día?

—Bastante más que antes. A veces se piensa que se tiende a exagerar, pero en el tema de los avisos, cuando se pone un rojo, hay que tener ojo, mirarlos con respeto. Amarillos tenemos continuamente y el naranja ya indica algo, pero cuando se pone un aviso rojo es por algo. Significa en este caso que va a nevar mucho, hay que tomárselo un poquito más en serio.