El Ayuntamiento de San Mateo de Gállego no incluyó en su programa de fiestas en honor de la Virgen del Rosario ninguna gimcana automovilística. Sin embargo, vecinos y forasteros pudieron ver una peligrosa competición en la medianoche del último sábado que discurrió por la travesía de la localidad.

Los protagonistas de la improvisada prueba fueron cuatro delincuentes juveniles con numerosos antecedentes que habían robado un coche en Utebo y que intentaban escapar de la Guardia Civil.

Los agentes habían dado el alto a un Opel Vectra en el que viajaban los cuatro jóvenes, con edades comprendidas entre los 18 y los 20 años, pero éstos aceleraron para eludir su detención y estuvieron muy cerca de arrollar a uno de los guardias. Entonces se inició una persecución por la carretera A-123, que proporcionó más de un susto a las personas que disfrutaban de las fiestas en San Mateo,

El coche sustraído cruzó la travesía de la localidad con gran peligro para los peatones, mientras era seguido de cerca por una unidad policial, cuya dotación alertó a la Comandancia de Zaragoza para que se instalaran controles en la carretera.

Los jóvenes, tres hombres y una mujer, sufrieron finalmente un accidente al llegar al cruce con la N-330, en las cercanías de Zuera, del que ninguno de ellos resultó con lesiones. No obstante, tuvieron que abandonar el vehículo y continuar con su fuga a pie.

No llegaron muy lejos antes de ser interceptados y detenidos por los guardias. Pese a su juventud, los cuatro sospechosos ya cuentan con un amplio historial delictivo, y no es la primera vez que son detenidos por resistencia a agentes de la autoridad. También contaban con antecedentes de arrestos por robos y dos de ellos se encontraban reclamados por un juzgado de menores de Zaragoza, donde residen.

Ahora, el problema lo tendrá el vecino de Utebo al que le robaron el coche, que quedó bastante deteriorado tras el accidente. Aunque los jóvenes delincuentes son responsables penal y civilmente por los destrozos ocasionados con su conducta, no es previsible que dispongan de suficiente solvencia económica para cubrir el gasto.

No es la primera vez que unos adolescentes con problemas buscan diversión en la realización de carreras con coches robados en zonas urbanas, emulando a los grandes pilotos de Fórmula 1. La Guardia Civil de Zaragoza ya tiene experiencias en este tipo de competiciones , algunas de las cuales han tenido graves consecuencias para la integridad de las personas en los últimos años, incluidos los propios autores de las sustracciones.

La penalización de estos delitos es muy baja en relación con el perjuicio que ocasionan. Una muestra de la bondad del Código Penal hacia estas conductas es que la mayoría de los infractores suele reincidir al poco tiempo. Las condenas no incluyen el grave riesgo de estas actuaciones.

Como ha ocurrido en esta ocasión, la mayoría de las veces sólo sufren daño los coches, que quedan para el desguace, en perjuicio de sus dueños. Además, muchos de estos rallys salvajes que no son detectados a tiempo por la Policía también tienen un final poco feliz, porque los vehículos acaban siendo incendiados por los ladrones, arrojados al río Ebro o despeñados por algún desnivel, como una forma de diversión añadida para los infractores.