--Farmacéuticos inmersos en una posible estafa y fraude por reventa de medicamentos ¿Decepcionado, sorprendido, indignado?

--Sobre todo, sorprendido. Sinceramente, no me podía imaginar que pudiera pasar algo así. Además, el problema es que nosotros, como colegio, no tenemos la información porque está bajo secreto de sumario y estamos ciegos ante todo el procedimiento. Es una situación tremendamente complicada, y por eso hemos decidido personarnos en la causa para tener toda la información posible. En todo caso, ante cualquier conducta que se desvíe de toda deontología profesional y el correcto ejercicio de la profesión, tomaremos cartas en el asunto y adoptaremos medidas disciplinarias porque esa es la principal función de los colegios.

--¿Qué tipo de medidas pueden llevarse a cabo?

--Depende del alcance de lo realizado y en función de la gravedad de lo cometido. Nuestros estatutos incluyen medidas de todo tipo y la máxima es la expulsión del colegio, pero hasta que no sepamos nada más no podemos aventurarnos. De momento, se han abierto expedientes informativos y la junta de gobierno decidió presentarnos en la causa. Es necesario que los colegios actúen de forma contundente ante cualquier desvío de la deontología profesional.

--¿Por qué cree que ha pasado todo esto?

--No lo sé. Pase lo que pase y caiga sobre la farmacia lo que sea, nada justifica estas actuaciones. Sobre el farmacéutico puede recaer la bajada de precios, una difícil situación económica o lo que sea, pero absolutamente nada justifica el ejercicio correcto de la profesión. Me da igual lo que sea o lo que ha podido pasar. No hay excusas.

--¿Creen que los farmacéuticos han podido ser víctimas de un engaño?

--Te pueden engañar lo que quieran, pero como colegio siempre hemos estado encima de los farmacéuticos de cara a prevenir cualquier posibilidad de que pasaran cosas como esta. Cada uno es una persona independiente y actúa como le parece bien, pero esa actuación debe ser siempre legal y profesional. Cuando te separas de eso, entra el colegio.

--¿Cree que puede haber más implicados? ¿La lista puede ser más amplia?

--No lo sé. Creo en la presunción de inocencia, pero ojalá esto sirva para limpiar las pocas ramas podridas en la profesión, si es que están metidos en esto algún farmacéutico o personas que no lo son.

--¿Le preocupa la imagen que se puede estar dando del farmacéutico?

--Me inquieta muchísimo. Lo que más me duele es que muchísimos farmacéuticos que están trabajando en pueblos pequeños son profesionales intachables. Muchas veces ni siquiera se sacan un sueldo mensual decente y me duele que estén en entredicho porque dos, tres o cuatro personas hayan podido desviarse de la ética profesional. Duele muchísimo porque es una labor continua tremenda para que, en dos minutos, se malogre por la acción de dos personas. El 99% de la población farmacéutica no se merece esto.

--¿Por qué cree que todos los implicados son farmacéuticos del medio rural?

--Sinceramente, todavía no me he parado a analizar los posibles porqués. Se nos ha presentado un problema tremendo en Cariñena y lo primero es solucionar la prestación farmacéutica en esta población. Parece que el botiquín está funcionando bastante bien, pero hasta que no esté completamente correcto, no analizaremos nada.

--¿Cuál es la situación actual tanto en Cariñena como en Aguilón?

--En Aguilón el botiquín funciona bastante bien y también en Cariñena. El botiquín asegura prestación farmacéutica a pueblos muy pequeños donde una farmacia no es sostenible o en situaciones extraordinarias como esta. Los farmacéuticos de Aguarón están realizando un esfuerzo enorme para abastecer a sus vecinos y a los de Cariñena, pero, afortunadamente, tanto los profesionales como el alcalde nos dicen que todo va mejorando cada día porque el objetivo es asegurar la prestación de calidad si es que el juez decide prolongar en el tiempo esta medida cautelar.