Raquel Latre es sumiller y dirige el futuro de las 32 bodegas amparadas en el Consejo Regulador de la DO del Somontano (Huesca); en un momento en el que la despoblación rural está en las agendas políticas y económicas, asegura que uno de los principales problemas para crecer es que falta mano de obra.

"Somos carentes de empleo y falta gente para todo", afirma, pues en esta comarca oscense echan en falta personas para ocuparse no sólo de las tarea del campo, sino también en negocios de enoturismo o restauración, y ejercer niveles intermedios en las empresas.

Para Latre, el vino es la "punta de lanza" para el desarrollo de esta zona y arrastra a otros sectores económicos como el enoturismo y el comercio.

A su juicio, hay que conseguir que se aprecien las potencialidades de la zona y su calidad de vida, y que se visualice como un lugar para llegar a establecerse o para volver después de "salir a estudiar".

Ese fue su caso: natural de Barbastro, decidió hace 14 años emprender en su zona con una agencia de viajes enfocada en el enoturismo, lo que le llevó a iniciar su colaboración con los bodegueros de la zona.

La Denominación de Origen Somontano realiza cada año una jornada para planificar su trabajo anual, unos encuentros en los detecta que la mayoría de los asistentes son padres e hijos, y que para estos últimos "su mayor ilusión era volver para seguir con el legado de su abuelos y sus padres, hacerlos crecer y evolucionar".

Hace dos años, el Consejo Regulador le propuso formar parte del proyecto y ser su presidenta, una oportunidad con la que le demostraron "más confianza en mí de la que yo tenía", recuerda.

El mundo del vino, en el que la visibilidad de la mujer ha sido secundaria, cuenta en estos momentos con tres presidentas de Consejos Reguladores de Denominaciones de Origen, de las 54 que hay en total; por eso, una de sus misiones "es servir de inspiración" para otras mujeres y otras zonas.

En su caso, afirma, se sumó a un proyecto que ya estaba rodado con pilares fuertes, como la búsqueda de la excelencia de unos vinos que se caracterizan por su variedad (en su territorio hay suelos muy diferentes y con hasta 700 metros de diferencia de altitud).

"Nuestros vinos son especiales y están hecho para disfrutar", recalca la sumiller y, para mejorar su posicionamiento en el mercado, requiere un espíritu de colaboración y, sobre todo, acercarse al público joven.

"El gran competidor no es la cerveza, sino otras bebidas alcohólicas", apunta la experta, quien entona el "mea culpa" al entender que el sector del vino ha usado "una comunicación difícil".

Por ello, conseguir que la gente se acerque al entorno donde se produce el vino y disfrute de sus paisajes y su gastronomía son oportunidades para revertir esta tendencia.

En esta línea en la que se enmarca el Festival del Vino de Somontano, que cada agosto aúna a bodegas y restaurantes de la zona en un encuentro en el que, en un fin de semana, se sirven 76.000 vinos y otras tantas tapas.

Entre sus apoyos, el de Jamón de Teruel, cuya Denominación de Origen mantiene con la de Somontano una campaña de promoción conjunta con la que se resalta la autenticidad de unos productos y la pasión propios de la tierra de la que nacen.

Otra línea de trabajo de la estrategia de esta DO es su Responsabilidad Social Corporativa (RSC) fundamentalmente en relación con el cuidado del medioambiente y la adaptación a los ejemplos del cambio climático.