Una rata fue el extraño polizón que anteayer se introdujo en un vehículo del Grupo de Operaciones Especiales (Goes) de la Policía Nacional en Zaragoza. Los agentes que iban en él lo descubrieron al término de una intervención en Ricla contra un grupo dedicado a los robos.

Nada más montarse y encender el motor comenzaron las incidencias. Salían ruidos raros de la zona del motor e, incluso, la dirección del vehículo realizó una serie de movimientos que no eran normales en la conducción. Lo notaron tras salir del ruinoso cuartel de General Mayandía a toda velocidad hacia su destino. No pararon, ni revisaron qué podía estar pasando puesto que el tiempo apremiaba con el objetivo que tenían marcado.

Una vez terminada su labor regresaron a la capital aragonesa. Los misteriosos ruidos continuaron, si bien a ello se añadió un olor a quemado que no les hacía pensar lo que luego iban a descubrir. Como no salía humo no estacionaron, si bien al llegar al cuartel decidieron abrir el capó y ver qué era lo que pasaba. Dentro había una rata que no había resistido el viaje.

En el capó

Al parecer, según fuentes consultadas, la zona del motor había sido elegida por el roedor como la morada perfecta en la que poder resguardarse de las noches frías del invierno, además de ser fuente de alimento, ya que trató de sustentarse de varias piezas del automóvil. Había hasta heces que demuestran que llevaba tiempo allí. Un hecho que ha quedado en anécdota, aunque podía haber provocado un accidente del coche de los agentes.

Fuentes del Sindicato Unificado de Policía (SUP) este episodio es una «muestra más» de la necesidad de condicionar el cuartel de Mayandía en el que, junto a los problemas arquitectónicos, sufre una plaga de ratas. Una lleva días muerto en el patio donde aparcan los coches de los más de 650 agentes de la Policía Nacional divididos en diversas unidades que trabajan en dichas instalaciones en las que también se erige la comisaría Centro de la capital aragonesa.

De hecho, la Dirección General de la Policía anunció el pasado viernes una inversión de 60.500 euros para acometer obras en el edificio, que está previsto que comiencen en abril. Un informe técnico cifró en 2 millones la inversión necesaria para adecuarlo. Unos plazos insuficientes para el SUP que ayer pidió al Ayuntamiento de Zaragoza que actúe de oficio en los trabajos que el propio consistorio marcó como urgentes y que deberían haber empezado ya. La Gerencia de Urbanismo les dio un plazo de tres meses, si bien empezarán con uno de demora.

El SUP advierte en el escrito dirigido a la Concejalía de Urbanismo que, en caso de que sea necesario, se «comune a la Fiscalía de Zaragoza, a efectos de investigación ante la posbilidad de constituir un hecho delictivo la actitud del propietario del edificio», el Ministerio del Interior.

Una inspección que se realizó al edificio señaló que salvo la estructura, todos los elementos arquitéctónicos estaban en un estado desfavorable. El informe destacó los derrumbes, así como la posibilidad de cortocircuitos o las humedades existentes por las malas conducciones.