El vicepresidente primero del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, acusó ayer el Gobierno aragonés de "practicar una política victimista" que le impide construir "una dinámica de desarrollo. El crecimiento aragonés no es la media de los demás y eso es culpa de los que diseñan unas políticas que sí se dan (con éxito) en otros lugares", insistió en su intervención.

Rato siguió ayer una apretada agenda en Zaragoza, donde visitó un centro de Formación de San Valero, mantuvo una comida coloquio con unos 480 agentes sociales --la mayoría empresarios convocados por Cepyme, CEZ y Cámara de Zaragoza--, visitó la empresa Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) y culminó con una encuentro con militantes del Partido Popular.

El vicepresidente respondía así a los medios de comunicación --y lo ratificó ante los empresarios-- por las declaraciones del consejero de Economía de la DGA, Eduardo Bandrés, quien por la mañana reclamó las mismas oportunidades de desarrollo y crecimiento para los empresarios aragoneses que para los levantinos ante "la gigantesca operación de subvención pública" que van a recibir "muchos sectores del Levante a través del trasvase del Ebro y que situaría a estas empresas en condiciones de competencia y desarrollo muy superiores a las de Aragón".

INVERSION Rato reiteró: "A mí, las políticas de buscar siempre críticas para el vecino, bajo el principio de que todo lo bueno que suceda fuera de nuestra región es malo para nosotros me parecen simplistas y equivocadas". Sugirió al consejero que se preocupe de si el sistema de financiación aragonés, las infraestructuras y las ayudas regionales que se traen o la política de desarrollo minero son positivas y "si además es positiva la que se lleva a Levante, pues mejor". Tras defender que la inversión pública en Aragón ha sido la mayor de la historia, Rato afirmó: "Lo que debe hacer el consejero es tener proyectos que dinamicen la economía aragonesa, que en lo últimos cuatro años no hemos visto muestras de ellos". Antes había pronosticado que "si el PSOE gana las elecciones del 14 de marzo, Aragón entraría en una situación económica muy compleja", según Europa Press

Los empresarios, tras el almuerzo, le recordaron los retrasos en infraestructuras, pero también reclamaron "firmeza en el Gobierno a la hora de la flexibilidad laboral". Durante una hora, el vicepresidente desgranó la propuesta electoral del PP que resumió en dos puntos: acabar con el terrorismo y consecución de una sociedad de pleno empleo. Defendió la estabilidad institucional y "continuar con la política que nos ha dado buenos resultados" con la creación de 4,3 millones de nuevos empleos (por encima de los 12 que se mantuvieron entre los años 70 y el 95). Defendió la política de impuestos "en la que hemos recaudado el doble por el crecimiento económico" y pidió a los empresarios que inviertan más en I+D.