Raúl Oliván es el director general de Gobierno abierto e Innovación social, un área de la que depende el portal de transparencia de la DGA, la web en la que, diariamente, se publican los datos de contagios de coronavirus y todo lo relativo a la pandemia. En el año 2020, este sitio web recibió 1.868.198 visitas.

Va a hacer un año que comenzó la pandemia, aunque no desde que comenzaron a publicarse datos diarios. ¿Qué resumen hace de todo este periodo desde la dirección general?

Nosotros desde el principio lo tuvimos claro. La transparencia es salud. Fue y es la mejor herramienta que tiene el Gobierno para generar confianza en un momento de crisis sistémica de desconfianza. La pandemia a quien más y a quien menos le ha hecho dudar de todo: de la ciencia, de los servicios públicos, del vecino… Rendir cuentas y ser transparentes, contar lo que se estaba haciendo y lo que no yo creo que ha generado empatía.

¿Cómo gestionan los datos que se generan día a día?

Es una cadena de producción en la que nosotros somos la punta del iceberg, pero hay muchísima gente involucrada de Sanidad, de Ciudadanía, por las residencias, y en un momento determinado también de Presidencia. Hay mínimo tres departamentos implicados en que los datos se produzcan diariamente, en que se depuren, que estén bien y en que no haya errores, que no es poco. Nosotros somos los últimos en actuar pero tenemos bastante responsabilidad porque somos los que le damos al botón de publicar. (Ríe).

No parece sencillo.

No, porque nos tenemos que encargar no solo de que los datos estén sino de que se entiendan. Lo que publicamos es una selección definida muy claramente por Salud Pública que son los que tienen criterio. Pero la arquitectura de la información ya es nuestra parte. Tenemos una documentalista que se llama Elena y se ha comido la crisis entera. Ha picado datos en vacaciones, en domingo y en fiestas. Aquí todos hemos apretado los dientes.

¿Cuánta gente en total puede estar involucrada en el proceso?

En Sanidad no lo sé. En Transparencia hay una persona y desde hace un par de meses, un refuerzo. Es muy poquito. El Portal de Transparencia tiene una vida intensa pero esto de la pandemia no estaba dentro de nuestros planes. Ha sido un estrés, pero hemos comprendido que es lo mejor que podíamos aportar en la pandemia.

Desde que Trump llegó a la Casa Blanca los datos se han vuelto fundamentales para los periodistas, pero el populismo y los extremismos no amainan. ¿Son útiles de verdad?

La transparencia y los datos son una buena herramienta contra el populismo y contra las fake news. Y si no son una buena herramienta son una de las pocas que tenemos contra la mentira. No obstante no solo es importante publicar datos, no nos contentamos solo con eso, sino que queremos que los datos se usen. Y tenemos estadísticas que dicen que sí que se usan. En noviembre batimos todos los récords con más de 400.000 visitas en un mes. Es una barbaridad. Esto quiere decir que ya no solo los periodistas lo miran, sino que hay muchos ciudadanos que los usan.

¿Qué errores han podido cometer a lo largo de todo este tiempo?

(Duda). Querer correr demasiado a veces. Ha habido días en los que hemos tenido mucha responsabilidad y en los que todos los medios de comunicación han estado pendientes de que nosotros publicáramos los datos. Eso evidentemente nos generaba un estrés importante y algún día hemos tenido que pedir disculpas y decir: hoy no llegamos porque los datos se han retrasado una hora y media. Es mejor reconocer que ese día no se ha llegado que publicarlos sin depurar.

Al final del verano hubo polémica porque el portal publicó más de mil contagios y Sanidad decía que la cifra del día anterior no era tal.

Sí, nos llegaron los datos sin depurar y todavía no teníamos el sistema de doble chequeo. Nos llegaron los datos así, los publicamos y evidentemente faltaba revisarlos. Y es cierto que generamos una alarma en un momento muy complicado. Que la opinión pública pensara que había mil y pico positivos cuando el dato debería haber sido 600 era la diferencia entre estar muy mal y que aquello fuera un descontrol. Fue un error. En todo caso, el balance creo que es positivo y tenemos recuerdos bonitos. Se ha creado toda una comunidad de personas que están pendientes de los datos. Y nosotros no hacemos atención directa pero la gente descubrió nuestro teléfono y nos llamaba para todo: para saber si se podían ir de vacaciones o si suspendía la comunión …

Lambán en verano presumió de transparencia cuando la sombra de la duda por los datos acechaba a otras comunidades.

En el momento en el que Aragón lo estaba pasando peor, nosotros salimos a pecho descubierto, en medio de aquella tormenta perfecta que se dio en verano. Y eso fue arriesgado, porque había sectores que temían cancelaciones, pero creo que a la postre ha funcionado. Hemos generado certidumbre y confianza porque hemos contado las cosas cuando estaban mal, y ahora que van mejor la gente cree en nosotros. Sira Repollés, la consejera de Sanidad, dice que transparencia es salud y para nosotros es un mantra que nos repetimos constantemente.

Aragón es de las comunidades que sí publica datos el fin de semana. El Ministerio de Sanidad no lo hace. ¿Debería?

Esperemos que poco a poco sea menos necesario porque significaría que la crisis va quedando superada pero evidentemente, en nuestro caso, publicar los datos diariamente ha sido una decisión política de alto nivel. Lo que hagan otros, no te sabría decir. Es cierto que publicar a diario tensiona mucho la organización porque en el fondo es estar todas las tardes pendientes de que lleguen los datos y después hay que chequearlos, asegurarse de que salen bien… Pero tenemos miles de visitas y hemos decidido asumirlo.

La transparencia está muy ligada a las nuevas tecnologías, por lo que hay mucha gente que no tiene acceso a los datos. ¿Cómo se puede solucionar esa brecha digital?

Nosotros justo antes de la pandemia pusimos en marcha un proyecto que se llama Gobierno Fácil y que mezclaba los datos de transparencia con la lectura fácil, una metodología que utiliza pictogramas y palabras sencillas para comunicar. Con un colectivo de personas con discapacidad les confrontábamos textos para que nos los tradujeran a un lenguaje más comprensible no solo para ellos sino para todos. Pues, ¿te puedes creer que la guía de lectura fácil del covid y es uno de los documentos más descargados del portal de transparencia? Hemos intentado adaptarnos a todos los públicos.

La información sobre el covid es pues la más buscada.

En la primera parte del año el principal flujo de visitas al portal era el ordenador, con el 69%. Y eso cambió radicalmente de julio hasta diciembre, cuando empezamos a publicar los datos del covid. Desde entonces, el 71% de nuestras visitas llegan desde un móvil. Nosotros pensamos siempre que el del ordenador es más un perfil funcionario o de periodista y el del teléfono móvil es un ciudadano casual, y ahí vemos que el interés es muy grande.