Las dos últimas farmacias aragonesas que permanecían precintadas por orden judicial, investigadas por la reventa irregular de medicamentos, han abierto hoy sus puertas, según informa el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza.

Se trata de los establecimientos situados en la calle La Caza y Violante de Hungría de Zaragoza, y con su apertura no queda ninguna botica cerrada por orden judicial en el marco de la investigación que dirige el Juzgado de Instrucción Número 3 de Teruel.

Para el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza (COFZ), Ramón Jordán, la apertura de estas dos boticas es "una muy buena noticia, sobre todo, para los ciudadanos", ya que así tienen de nuevo a su disposición todas las oficinas de farmacia y "pueden acceder al medicamento en sus puntos habituales".

Desde el inicio de las investigaciones de la Guardia Civil en el marco de la operación Convector, el Colegio Oficial de Farmacéuticos ha condenado públicamente las prácticas ilegales en la compra-venta de medicamentos, añade la nota.

El Colegio espera "celeridad" en la investigación y que "se clarifique esta situación lo antes posible, señalando a los responsables de estas prácticas ilegales".

La organización colegial tomó la decisión de personarse como acusación popular para, recuerdan en el comunicado, "velar por el cumplimiento de la legalidad y tener un conocimiento directo de los hechos que se les imputan a los farmacéuticos involucrados".

Además, la organización colegial ha acordado incoar diligencias previas internas para depurar las responsabilidades deontológicas que pudieran derivarse del proceso judicial.

Jordán recuerda además el esfuerzo del Colegio para colaborar con el Gobierno de Aragón en habilitar botiquines para que las poblaciones no quedaran sin servicio.

La operación Convector investiga la mayor red de tráfico ilícito de medicamentos en una trama en la que han sido detenidas 30 personas y otras dos imputadas, y se han practicado 28 registros en farmacias, almacenes de distribución de medicamentos y domicilios de Zaragoza, Teruel, Barcelona, Granada, Málaga y Valencia, según la Guardia Civil.

Esta red obtenía los medicamentos en farmacias españolas como si fuesen destinados para pacientes y posteriormente los vendían en el extranjero a precios muy superiores.