Los 2.000 falsos autónomos que Grupo Jorge empleaba en su macroplanta de Zuera son trabajadores por cuenta ajena desde el día de ayer. Así lo estableció el acuerdo firmado hace dos semanas por la compañía aragonesa y los sindicatos CCOO y UGT, un pacto que ha permitido darles de alta en el Régimen General y que, entre otras cosas, pasen a tener derecho a vacaciones pagadas o a indemnización por despido. Sin embargo, hay un grupo minoritario de trabajadores (en torno a 50 personas) que han decidido no rubricar el acuerdo. Creen que «no es justo» en materia económica y denuncian que les hace perder «toda su antigüedad» (algunos llevan más de 15 años).

En efecto, el pacto incluía la renuncia a la citada antigüedad y a cambio estableció una compensación de entre 600 y 3.100 euros en función de los años que cada falso autónomo llevara en la empresa. Además, los cooperativistas que han firmado el convenio han renunciado a reclamar las cuotas de la Seguridad Social atrasadas y a cambio recibirán un 20% de las cantidades que cada uno de ellos ha abonado indebidamente en los últimos cuatros años.

Este grupo díscolo califica de «irrisorias» estas cantidades (sobre todo para los más veteranos) y recuerda que muchos han estado pagando cada mes una cuota de autónomos de 280 euros más los 50 que debían abonar por pertenecer a la cooperativa.

Por todo ello, decidieron no firmar el pacto. Y eso que en las últimas semanas, según denuncian, han recibido «coacciones y presiones» por parte de la empresa para que lo firmaran.

Según este grupo de trabajadores, la compañía incluso ha despedido a una decena de empleados «para terminar de convencer a los que estaban dudosos». «Funcionó porque después de esos despidos bastantes acabaron por aceptarlo porque tenían miedo de que les ocurriera lo mismo y de que no les pasaran al Régimen General», explica uno de los trabajadores díscolos.

Así, las últimas semanas han estado cargadas de tensión en el matadero de Zuera. De hecho, la empresa entregó el pasado viernes a los empleados que no han firmado el acuerdo un escrito en el que les «obligaba» a cogerse vacaciones entre el 1 y el 5 de abril, algo que, en su opinión, «es un elemento más de presión». Más allá de que las vacaciones deben ser comunicadas dos meses antes de su disfrute, la situación se extremó ayer aún más cuando a estos empleados se les impidió la entrada a su puesto de trabajo.

SOLUCIÓN PACTADA

«Nos han dicho que nos fuéramos a nuestra casa, por lo que hemos decidido venir a Inspección de Trabajo y presentar una denuncia por todas las anomalías que está realizando la empresa», explicó uno de los afectados. Su visita a Trabajo causó efecto porque poco después, a las 12.00, recibieron una llamada de la compañía en la que les instaban a intentar buscar una solución pactada.

Esta crisis podría representar una auténtica manzana envenenada para la empresa, ya que los agravios comparativos con los empleados que ya han firmado el pacto pueden ser manifiestos. «Nuestra propuesta va a estar en la línea de lo reflejado en el acuerdo pactado con los sindicatos», indicaron ayer fuentes de Grupo Jorge, que apuntaron que «el 99%» de los antiguos falsos autónomos han firmado el nuevo convenio.

La compañía de la familia Samper ha decidido dar el paso y regularizar a sus falsos autónomos tras conocer los diferentes procedimientos que la Inspección de Trabajo ha puesto en marcha en España contra la industria cárnica, que ha utilizado esta figura laboral de forma recurrente. Un modelo que les permitía reducir de forma notable su responsabilidad y su coste laboral, ya que no tenían que abonar el pago de las cuotas a la Seguridad Social.