POR

ADRIANA OLIVEROS

Diamante negro, tuber melanosporum o trufa negra, como ustedes prefieran. El caso es que el hongo fue ayer protagonista en una charla didáctica con pequeño cóctel en el restaurante La Mar de Zaragoza, cita de clausura de las segundas jornadas ambulantes que a esta joya de la cocina han dedicado la DPT y la Asociación de Truficultores de Teruel. El responsable y jefe de cocina de La Mar, Kiko Puig, y el truficultor Pedro Bernia oficiaron la sesión ante un público no experto, que incluía a clientes del restaurante y aficionadas al buen comer... Ahí estaban, bien atentas, las Mujeres Amigas de la Buena Uva, capitaneadas por Carmen de Barbacil, y con Conchita Saludas, Maite Lahoz, Raquel Moya, Lola Torresolant, Natalia de Miguel y Mari Carmen Morlanes en sus filas. También, Toya Martínez Candial y Maribel Villalba, esposa del constructor Arturo Beltrán se unieron al evento. Como lo hicieron algunos sí expertos. Véase, Basi Medrano, del Boston, David Catalán y Pedro Bustamante, cocineros de la Carambola, Pilar Carbó, propietaria de ídem , y las restauradoras Magie Mejer y Encarna Resano. Los representantes de la Asociación de Truficultores, Eladio Salvador Redón, Antonio Bertolín y José Igual, hacían patria, promocionando la tuber melanosporum de Sarrión, que se vende a unos mil euros el kilo. Rosa Forcano, copropietaria de La Mar, y Luisa Martín, de Promociones Barbacil, vigilaban la salida de las espumas y mantequillas de trufas que preparaba en cocina Andrés Zuloaga. Puig daba los últimos consejos: "La trufa, que sea melanosporum , fresca y preta ". Y si la laminan y la marinan con "sal, aceite virgen y pimienta", bocatto di cardinale .