Los vecinos de la margen izquierda y de los pueblos que están adscritos al Centro de Especialidades Grande Covián volvieron a mostrar ayer que no van a dar su brazo a torcer en la defensa de este equipamiento. Alrededor de 200 personas, en su mayoría mayores, acudieron al debate convocado por los colectivos vecinales de la zona en el Centro Cívico de La Jota. Coincidieron en que este centro está sufriendo "un desmantelamiento progresivo" y aseguraron que su temor es que terminen por cerrarlo definitivamente.

Denunciaron que consultas como las de Traumatología, Oftalmología, Ginecología y Vascular ya se han retirado. Además, alertaron de que se están haciendo derivaciones al hospital Royo Villanova para ecografías, mamografías y radiología por lo que se temen "un próximo cierre de estos servicios, como ya ocurrió en las consultas de la tarde". Este centro tiene en la actualidad 260.000 cartillas. Lo que para los presentes en la charla es una demostración fehaciente de que es "importante y necesario" que se mantenga abierto "y a pleno rendimiento".

Cuatro fueron los ponentes que intervinieron antes de que los vecinos pudieran intervenir. Demetrio Calvo, de la Asociación den Defensa de la Sanidad Pública, recordó que desde el 2010 hasta ahora el presupuesto sanitario ha bajado en un 24%. Por su parte, Carlos Martínez, de Marea Blanca, destacó que es importante que los propios vecinos tomen "cartas en el asunto" y dejó claro que su colectivo les apoyará en todo momento. Para él, el Partido Popular ya trato de hacer operaciones similares durante el Gobierno de Aznar y "salieron muy mal".

MÁS TRABAJO El día a día del centro lo vive Carmen Sánchez, neumóloga en el Grande Covián. Apuntó que la carga de trabajo en algunas especialidades ha crecido hasta un 30%. Lo que repercute en el tiempo y la calidad de atención a los pacientes. Muy drástica se mostró Rosa Magallón, médico de familia del Centro de Salud Arrabal. Señaló que no tiene "ninguna duda" de que, "aunque lo nieguen", la intención final es cerrar el centro.

Preocupación y caos fueron las palabras más repetidas por los vecinos. A los más mayores lo que más les enfada es que para hacerse una analítica tengan que ir a un centro y, por ejemplo, para una radiografía, a otro. Con los problemas de traslados que ello conlleva. Consideraron "escandaloso" que se dediquen 3.000 euros para intervenciones en la privada cuando este dinero tendría que invertirse en contratar más médicos para evitar el cierre del Grande Covián y fortalecer la Sanidad pública.